lunes, 16 de marzo de 2015

Mirotic da un paso al frente


Uno recuerda un descanso de un partido no hace muchos años en el Palacio de los Deportes de Madrid. Cuando los dos equipos dejaban a los espectadores en la soledad de sus pensamientos y el análisis de las jugadas de los dos primeros cuartos, un espigado chaval imberbe saltaba a la cancha para, en compañía de un preparador del Real Madrid, ponerse a lanzar a canasta desde siete metros y practicar el juego de pies en el poste bajo. Explicaba a mi acompañante que se trataba de Nicola Mirotic, una de las grandes promesas del club blanco y seguramente de la selección española. En el primer caso el supuesto se hizo realidad, con un fugaz paso del anonimato a la línea de vanguardia en el primer equipo. La segunda de las premisas está en el limbo de las respuestas insatisfechas. Pesa sobre ella una politización que desvirtúa lo meramente deportivo en un cruce de declaraciones, de promesas en apariencia no cumplidas, y de la irrupción necesaria y obligada del asimilado como nacional Serge Ibaka. Con la normativa vigente los dos no pueden completar la misma plantilla de seleccionados, y requiere una elección excluyente que ha dejado la patata caliente de forma permanente en la Federación y el entrenador de turno. Al margen de su pésima gestión en el combinado nacional, Orenga quiso arrimar su estandarte acusando a Mirotic de negar su participación en el pasado Eurobasket. Ahí queda. Pero Mirotic parecía más dispuesto a afrontar su desembarco en la NBA que en sacar cuchillos en una pelea de callejón oscuro.
Y al margen de estos problemas, Mirotic se ha ido liberando de presiones y de obligaciones morales para centrarse en la adaptación de su juego a la nueva exigencia. Una liga tan física como la NBA abandona pronto a los chicos técnicos poco sacrificados. Los Bulls creados alrededor de un amante de la defensa como Thibodeau no dan pie a estridencias ofensivas sin posterior sprint para bajar el trasero. No se ha caracterizado nunca Mirotic por sus prestaciones en propia cancha, y ha sufrido para estar al nivel requerido. Su falta de minutos inicial ha estado ligada más a ese aspecto que al de la colocación como ´3´ó ´4´. La presencia de Noah y Gasol favorece sus recursos bordeando la línea del triple, y la ausencia de uno de los dos le acerca al aro sin más. No hay más lucha táctica que ésa. Chicago necesita sus puntos y Thibodeau le reclama ahora por su buen hacer y por las lesiones que han ido despojando a los Bulls de la etiqueta de favorito.
Los números de Mirotic han ido creciendo en el último mes, justo después de pasar el dichoso "rookie wall" por el que todo novato pasa, y sobre el papel anda en un nivel de jugador experimentado y con galones. Supera los veinte puntos y ocho rebotes acreditando un crecimiento mayúsculo justo cuando su equipo se acogota.
Aquellos ensayos del ayer en la cancha madrileña mostraban mucho del espigado jugador, y existía entonces un empeño por lanzar desde la lejanía. En su cabeza ya estaba sin duda la NBA.

miércoles, 11 de marzo de 2015

El modelo Kentucky Wildcats



De vez en cuando uno profundiza en los nuevos talentos que esperan su sitio en la NBA a través de la cuna de la NCAA. Dentro del actual panorama universitario nos topamos con los irredcutibles mozos de Kentucky Wildcats, que bajo las órdenes de John Calipari, están resolviendo su temporada con el casillero de derrotas a 0, con 31 victorias que les llevan lógicamente a llevarse el título este curso. Han ido minando la moral de los rivales hasta el extremo de endosar tremendas palizas a equipos teóricamente fuertes como UCLA, siguiendo las directrices de ataque enérgico y defensa muscular. El estilo y los resultados de los Wildcats obedecen a un modelo implantado por Calipari a su llegada a la Universidad.

Calipari llegó a Kentucky tras pasarse casi una década dirigiendo a la Memphis con cierto éxito y aportando grandes jugadores a la NBA como Derrick Rose o Tyreke Evans. Ya había estado en primera línea con los grandes, dirigiendo durante cerca de tres temporadas a New Jersey Nets, y permaneciendo algún tiempo más como asistente. Como formador de promesas recién llegadas ideó un modelo que le iba a inspirar en la gestión universitaria posterior. Trataría de reclutar a los jugadores de High School con su fase de maduración aparentemente realizada, aquéllos que de no existir la normativa que impide el salto directo de Instituto a NBA habrían solicitado entrada en el Draft. Deportistas completos con escasa vocación universitaria y con hambre de ser seleccionados a los pocos meses de enseñar su talento.
El prestigio deportivo de Memphis no le permitía un grado de convicción necesario para alcanzar lo deseado, pero con la oferta de Kentucky su proceso tocaría lo diseñado en su cabeza.
La temporada de estreno de John Calipari al frente de los Wildcats, en el curso 2009-2010, vio la irrupción de John Wall, DeMarcus Cousins o Eric Bledsoe, que según el plan únicamente se quedaron ese año. Posteriormente la misma línea han seguido Brandon Knicght, Anthony Davis, Nerlens Noel o Julius Randle, con impactos (salvo los dos últimos) muy importantes en sus respectivos equipos. Talentos por pulir todavía pero joyas en bruto sobre los que la población de "general manager" de la NBA proyectan desarrollar sus franquicias como líderes en cancha.
El modelo de Calipari le está reportando un triunfo personal de valor incalculable, transportando sus principios atléticos a chicos de ida sin vuelta. A los jugadores les beneficia como foco de atención y atracción sobre sus cualidades, haciendo gala de la promesa de una vida mejor y una cartera repleta de billetes. Y en último lugar a la Universidad de Kentucky le otorga una gloria efímera en el paraíso de la Comunicación, un aliciente para futuros candidatos y algo que enseñar a los indecisos a la hora de elegir su centro de estudios universitario. Todos ganan, salvo quizá unos deportistas que no terminan un periodo formativo que puede serles de gran utilidad en el caso de que su carrera se trunque por falta de encaje en el profesionalismo o por una simple e inoportuna lesión.
Es el modelo Calipari.


viernes, 6 de marzo de 2015

Westbrook y el triple-doble


En los Estados Unidos se valoran las estadísticas por encima de otros muchas cosas, y en la NBA este indicativo crece de manera exponencial. Tanto que en la gerencia de un puñado de equipos se ha ido colocado estratégicamente a personas que cifran el valor de los jugadores en función de los parámetros estadísticos, dejando en segundo plano otro tipo de impactos en el conjunto.
Los jugadores son conscientes de que el "engorde" en tales aspectos supone un plus en su hoja de servicios, algo que añadir a la hora de reclamar mejoras salariales o un nuevo contrato. Al cabo de semanas o meses poco importará que su equipo haya ganado o perdido un partido si los guarismos se han elevado por encima del resto. Un jugador con triple-doble cuenta con carta blanca al partido siguiente para lanzarse las zapatillas o elegir el ataque. Aquí entra Russell Westbrook, un tipo que ha ido evolucionando desde su incursión en la liga. En su escasa etapa universitaria en la prestigiosa UCLA, apenas dos temporadas, se le había conocido como experto defensivo, aupando eso sí en partidos vitales su aportación anotadora. Siendo el tercer anotador tras Kevin Love y Darren Collison, su llegada no hacía presagiar el status del que ahora goza. La carrera de su rival en minutos en UCLA, Collison, ha ido difuminándose entre lesiones y decisiones técnicas, mientras que la alianza de Westbrook con Durant en Oklahoma le ha proporcionado réditos inesperados por aquéllos que se empeñaban en catalogarle como "especialista defensivo con prestancia ofensiva".
Cierto es que las recientes ausencias de Durant, el líder de los Thunder, le han empujado a la primera línea con todas las consecuencias. Westbrook se ha arrogado la condición de "todopoderoso" en cancha, decidiendo por encima del criterio de Scott Brooks en múltiples ocasiones. Su compromiso con el equipo está implícito en su juego, aunque últimamente se percibe un ansia por superar su propia estadística, y de paso sugerir una posición igualitaria a la que se encuentra Durant. Dicen que la relación entre ambos no es la misma, que el guante blanco se ha ido ensuciando con el paso del tiempo. Gran parte de culpa la tiene la baja de Durant y el rango deportivo y mediático al que ha accedido Westbrook, poco dispuesto a aflojar ahora que ha batido récords y que se ha puesto casi en paralelo en la Historia con Jordan en lo que a triples-dobles consecutivos se refiere. Si algo puede enturbiar el futuro de ambos en Oklahoma es la gestión de su lucha de egos, y el amor por la estadística de Westbrook.

martes, 3 de marzo de 2015

La peor cara del baloncesto


Hace ya algunos años en la cancha del Auburn Hills de Detroit tuvo lugar un incidente que marcó un antes y un después en cuanto a la disciplina sancionadora y el comportamiento de jugadores en la NBA. Un duelo de matones digno de la peor zona de la ciudad y en el que estuvieron involucrados también espectadores. A la liga no le tembló el pulso a la hora de repartir sanciones y por ejemplo a Artest se le suspendió por el resto de la temporada eludiendo también su hipotética participación en playoffs. Su equipo, Indiana Pacers, le perdió por setenta y dos partidos más los que disputó más allá de la "Regular Season". De aquéllo han pasado diez años y nunca se ha vuelto a ver una actuación semejante.
Este fin de semana en Bilbao hemos atendido con estupefacción a una pelea de matones entre el equipo local y el Baskonia en un derbi vasco que a alguno se le fue de las manos, literalmente. Con los nervios a flor de piel no se supo manejar una situación que se tornó violenta y que transformó a los espectadores de un partido de baloncesto en seguidores del más crudo boxeo callejero. Uno de los principales implicados, Tornike Shengelia (con pasado NBA), reparó en que un chiquillo sentado en primera fila había sido testigo directo del altercado a unos centímetros. Lloraba desconsolado después del visionado de algo que seguramente no habría visto nunca, porque en su casa en su presencia se verá programación infantil y algo de deporte. Shengelia, una vez calmados los ánimos, se acercó a darle un beso y a disculparse. Sin duda una acción que le honra aunque no sirva de eximente para los hechos precedentes. Vemos cómo han salido comunicados oficiales de los dos equipos condenando lo sucedido y los actores entonan el "mea culpa". La ACB pide un cambio de reglamentación que deja poco margen para determinar sanciones ejemplares, con castigos tasados poco severos en la cuantía económica o en lo meramente deportivo. Una legislación obsoleta que data de 1990. Como siempre se espera a una alarma social en forma de imágenes lamentables para echarle un vistazo a la normativa.


viernes, 27 de febrero de 2015

La amarga estancia de Calderón en NY



Por los pasillos de ensueño de la zona de vestuarios del Madison Square Garden, lleno de fotos enmarcadas y en el que se respira todo el baloncesto del pasado, pasea un cabizbajo José Calderón tras una nueva derrota de su equipo. La temporada está siendo un fiasco, y ya nadie mira hacia arriba en la clasificación sino hacia el área de hundimiento estadístico.
El experimento de Derek Fisher en el banquillo ha resultado ser contraproducente para una plantilla falta de un claro referente experimentado. Fisher permaneció más tiempo en activo como jugador del que quien una vez le hizo su reseña de novato pronosticó. Sin talento para ser base contundente ni con tiro de campanillas para convertirse en amenaza exterior, su juego se fue puliendo y acomodando merced a las estrellas que tenía a su alrededor y sobre todo, rotulando las instrucciones de Phil Jackson. Logró acumular minutos impropios en alguien de sus características y se retiró plácidamente tras lidiar en los despachos de la Liga en beneficio de sus compañeros como representante sindical.
Y la oportunidad de ser "head coach" se le echó a los brazos sin mayor merecimiento que el de ser señalado por el "Maestro Zen". Ante las primeras derrotas Jackson llamó a la paciencia, y en este momento en el que las victorias apenas suman una decena su respiración diafragmática se empieza a entrecortar. Fisher sale en defensa de los suyos, pero lo cierto es que el equipo es un erial.
Calderón se sumaba a la causa "knick" acabando un periplo por Dallas en el que sufrió una severa reconversión en su juego, de director de ceremonia a clarinetista escondido en la derecha. De líder en cancha a jugador de complemento. De controlador de balón a receptor en la esquina. De la pausa con el balón en las manos a la prisa por lanzarlo a canasta.
Carlisle, actual "head coach" de los Mavericks, no es muy amigo del base "sobón", y la prueba es que se ha ido cargando a los "playmakers" de tales características. El último en caer ha sido Rondo.
Y Calderón pensaba seguramente que en New York las cosas iban a cambiar. Lo han hecho sí, pero entrando en una dinámica perdedora que ha sumido al equipo en una indiferencia y una indolencia casi propia del manifiesto "tanking" de los Sixers. Hasta Carmelo Anthony se ha borrado de la temporada para curarse del todo de sus heridas de guerra ante tal despropósito.
Los promedios de Calde vistos sobre el papel no son malos del todo, con 9 puntos y casi 5 asistencias en 30 minutos de juego, aunque están muy lejos de los cerca de 9 pases de canasta de tiempos pretéritos. Se ha librado del traspaso por los pelos, ya que su nombre sonaba con insistencia ante una maniobra de los despachos de los Knicks por liberarse de espacio salarial con el que negociar en verano. Lo que pase entonces será interesante, y está por ver si vemos a Calderón enfundado en un nuevo uniforme en su penúltima aventura en la NBA.


martes, 24 de febrero de 2015

Un milagro llamado Shaun Livingston


La noche del 26 de febrero de 2007 todo pudo cambiar en la vida de Shaun Livingston. Asentado en la rotación de los Clippers, el base empezaba a dejar asomar un talento con características que alguien quiso hacer semejantes a las de Magic Johnson. En común con la estrella de los Lakers su altura y visión de juego. El déficit en el juego de Livingston se encontraba en el tiro de media y larga distancia, y por eso la mayor parte de su anotación llegaba en valientes entradas a canasta. Precisamente aquella fatídica noche arremetía con fuerza contra el aro en el partido que enfrentaba a los Clippers contra los Bobcats. Una acción como tantas otras con una finalización muy distinta. Todavía uno siente un escalofrío cuando recuerda cómo se retorcía su rodilla izquierda al impactar con el suelo. Una lesión que pudo acabar con todo. Enseguida se comprobó la gravedad, justo en el momento en el que los servicios médicos de la franquicia angelina procedían a estabilizar la pierna. En el deporte americano son muy amigos de las estadísticas y también de poner fechas y plazos. Se hablaba del final de la temporada aunque de puertas adentro la sensación percibida era otra. Livingston encontraría dificultad no sólo para volver a la élite del deporte sino también para manejarse al cien por cien con su maltrecha pierna izquierda. Dependía del éxito de la operación y de una adecuada recuperación y rehabilitación.
Con la rodilla completamente reconstruida Shaun fue constante, paciente y se entregó por completo a los planes de puesta a punto. Nunca ha querido ver la acción desafortunada que le condujo a caminar con muleta y a dudar de su retorno. Apaga la televisión cuando se van a ofrecer imágenes de nuevas lesiones. Con la cicatriz de doce centímetros que le acompaña tiene suficiente para recordarle lo que sucedió aquel 26 de febrero.
El final feliz lo sigue construyendo día a día, aunque comenzó con la firma de su contrato con los Miami Heat en octubre de 2008. Se sentía importante solamente con un puñado de minutos, y su rol pasó a ser el de temporero en distintos equipos. No ha logrado alcanzar el nivel mostrado en el momento de la lesión, aunque sus buenas prestaciones el curso pasado en Brooklyn le han servido para formar parte esta temporada del equipo aspirante a todo, Golden State Warriors. Las molestias en el tobillo del casi seguro próximo MVP de la competición, Steven Curry, le han proporcionado la condición de titular en su sustitución. Ahora no necesita mirar hacia atrás.

lunes, 23 de febrero de 2015

Claver y el fin de su etapa NBA





La balanza de la aventura de Víctor Claver en la NBA no contaba con excesivo peso en la parte de resolución satisfactoria. Personalmente siempre me he incluido en la corriente contraria al salto del español a la gran liga. Así como Rudy Fernández alcanzó cotas altísimas a nivel europeo en su última temporada en Badalona, el caso de Claver guarda ciertas similitudes con el de otros tantos llegados del Viejo Continente que aceleran las etapas, no cumplen con el nivel exigido y terminan dándose un golpe doloroso. Sin consistente lanzamiento exterior para jugar de alero y sin cuerpo para jugar en el poste, su acomodo se antojaba complicado.No era ningún misterio. Tampoco encaja el valenciano en el papel de especialista, que tanto beneficio en lo económico reporta a ciertos jugadores por allá. Quizá su despliegue físico sumaría puntos a favor, aunque insuficientes. El sueño de una proyección que finalmente no se produjo llevó a la franquicia de Oregón a firmarle. Ya sea por la nula presencia en pista para desarrollar su potencial o por una real incapacidad de alcanzar las altas expectativas, el caso es que su salida de Portland es un hecho.
Su ausencia de minutos había provocado una solicitud de traspaso sin reproches a los despachos de los Blazers. Ni fue polémico ni tampoco provocó demasiado aplauso en su tiempo en pista. El cronista de referencia en lo deportivo en aquellas verde y lluviosa tierra, John Canzano, le despedía junto al resto de jugadores incluidos en la "operación Afflalo" agradeciendo los servicios prestados sin más alardes. De no haber sido traspasado seguramente podría haber permanecido dentro del róster de Portland gozando de escasas opciones.
En Denver lo tenían claro desde que su nombre se incluyó en la negociación, y no se mandaría imprimir el nombre de Claver ni se le concedería número. Ahora le toca decidir si persigue la luz llamativa o da media vuelta para proseguir su carrera en alguno de los muchos equipos europeos que le recibirían con los brazos abiertos y un fajo de billetes preparado.
Las últimas referencias a la hora de escribir estas líneas apuntan a un nuevo intento de amarrarse al tronco a la deriva. Toda la suerte del mundo para el bueno de Víctor, aunque una vez fuera de la estabilidad del contrato garantizado, entrar en la dinámica de la Liga de Desarollo NBA D-League y posibles contratos de diez días apagando fuegos en sustitución de lesionados no creo que sea la apropiada para echar raíces.
No hace mucho un jugador como Jan Vesely aterrizó en Turquía cansado de ver cómo el crédito obtenido con su sexto puesto en el Draft de 2011 se convertía en impagable. La elección de Claver en la posición 22 dos años antes fue relativamente alta para un europeo con poco pasado. Desde entonces su progresión no ha ido por el camino que tantos esperaban.
La permanente búsqueda del Nowitzki de la próxima década no termina de dar resultados a las franquicias que acercan la lupa a tierras europeas.

jueves, 5 de febrero de 2015

La necesidad de Ricky Rubio



Un inconveniente chasquido en la rodilla cortó las alas y la complicada progresión de Ricky Rubio en la NBA. Pocos jugadores habían sido tan esperados en Minnesota como el jugador de El Masnou. Enseguida se ganó a los aficionados con su juego de fantasía, pases imposibles o un desparpajo impropio de un "rookie" dirigiendo a sus compañeros.
La prensa empezó a aceptar al nuevo base blanco talentoso, pero ciertos ojos críticos pronto vieron algo que fallaba. Su lanzamiento inconsistente a canasta le hacía retroceder en sus prestaciones. Entonces Rubio también comenzó a alimentar su propia inseguridad, cimentada en el espacio más allá entre sus entradas a canasta y sus pases. La lupa sobre un imberbe debutante en la Penya era distinta. Se veía su potencial y no su carencia. Siempre habría tiempo, siendo tan joven, de construir un tiro de media/larga distancia decente.
El paso de Ricky por el Barça le dotó de un aire más competitivo, pero le impidió una mayor transparencia en la mejora. En los clubes grandes se mejora cuando los factores internos y externos son propicios, y en su caso no lo fueron. Las dudas tuvieron su punto de partida ahí.
En la llegada a Minnesota fue pisando flores lanzadas a su paso, al estilo de aquella película "El Príncipe de Zamunda", donde Eddie Murphy siendo heredero de la corona en un próspero país africano se enfrentó a su padre por ser libre para conseguir al amor de su vida. Aquí vale una similitud. Rubio ha ido pisando flores hasta que desaparecieron. Quiso su amor NBA y pelea por lograrlo, en una atmósfera más difícil después de una muy seria lesión.
La reaparición fue paulatina, cubierto de mantas de protección, pero aún así de nuevo cayó lesionado. Más meses para meditar. Su imagen ha cambiado. Ya no es aquel talentoso base capaz de sacar de la atonía a una triste franquicia. Ahora es un jugador que debe demostrar que puede rendir al máximo nivel de manera permanente. A su favor cuenta con la nula presión competitiva que baña a los Timberwolves, con los dos últimos números uno del Draft (Bennett y Wiggins) y un puñado de presuntos súperclase del futuro. En este momento es el lugar idóneo en el que responder a todo lo que se ha puesto negro sobre blanco. Capacidad tiene, aptitud también, ahora solamente falta que el físico respete todo lo que su cabeza ansía. Porque una lesión puede acabar con todo, como en el caso de Raúl López.

martes, 27 de enero de 2015

La identidad de Pau y Marc


                                                         
Uno no deja de sorprenderse por la habilidad de este país para aplaudir a manos ardientes en el éxito de ciertas personas y para el escupitajo dialéctico cuando las cosas van mal dadas. Necesitamos un equilibrio entre ambas.Sin entrar en cuestiones políticas que tan al uso podrían venir ahora, mis palabras se refieren a un hecho histórico en el ámbito deportivo, la titularidad de los hermanos Gasol en el All Star Game de la NBA.
He dejado pasar unos días para que los primeros flashes se apaguen, las palabras en noticiarios se centren en el desayuno del Ronaldo o Messi de turno y que todo vuelva a la normalidad, con informaciones repletas de imágenes de futbolistas entrando y saliendo de sus lugares de trabajo en sus coches de alta gama sin bajar ventanillas, de rondos con señores sonrientes. Porque se trata de eso, que después de anunciar a bombo y platillo ese hecho histórico, el baloncesto pasa al plano oscuro en el que se le ha ido instalando ante la tremenda pasividad de unos pocos que mandan. Pero tranquilos, que el día que New York celebre el partido repetiremos estructuras y aplaudiremos con manos ardientes.
Mientras tanto, los Gasol siguen a lo suyo, haciendo sus números y permitiendo el crecimiento de sus equipos. Lejos de las encuestas que han ido saliendo en jornadas presentes preguntando por el mejor de los hermanos, que imagino les provocarán una risotada.
Sus perfiles son bien distintos. Pau accedió a la élite bien bisoño, y despuntó en la NBA obteniendo el galardón de "novato del año". Tras llevar a los Grizzlies al Playoff pasó un tiempo de horas bajas en lo colectivo asumiendo una condena basada en un cambio de su técnica de tiro y ajustes en su juego. Y los Lakers llamaron a su puerta para revertir una tendencia lánguida y añadir su nombre a la gloria del equipo angelino.
En el caso de Marc, tuvo que superar una colosal muralla interna antes de triunfar. Una muralla edificada por su impropia forma física primero, con una moral golpeada por entrenadores que le negaron minutos, y que fue derribando poco a poco hasta hacerse fiel a la dieta sana y a una puesta a punto física constante. Los resultados han ido apareciendo paulatinamente, mejorando sus prestaciones curso a curso, siendo referente dentro y fuera de la cancha de Memphis, el mismo lugar que vendía barbas postizas en honor a su valeroso líder, Pau Gasol. Ahora le rinden honores a su hermano pequeño. Les veremos juntos en la cancha del histórico Madison Square Garden en un salto inicial que hará Historia.

lunes, 12 de enero de 2015

Algo más que un récord para Gasol

                                          FOTO: gettyimages.com

El ocaso de una carrera en la NBA se empieza a vivir entrando en la treintena por norma general. La capacidad atlética se ve mermada drásticamente y lo que responde es el talento y la inteligencia en pista, el conocimiento del juego y el saber leer las mejores opciones propias y ajenas. En el caso de los pívots la edad de supervivencia se exprime gracias al tradicional escaso nivel real en la competición, de modo que el entrenador de turno explotará a su "cinco" fundamentalmente como baluarte. Si aporta algo en anotación pues mucho mejor.
Pau Gasol no encaja en este perfil. Con 34 años y después de quince temporadas en la élite NBA, su momento en los Lakers tocó techo debido a múltiples factores que habían enrarecido de repente su brillante hoja de servicios y su status en la liga. Los que vocean a la mínima ya se habían encargado de dudar de su futuro como arma ofensiva, y le llamaban a ocupar un papel secundario en otro equipo, a ir recogiendo sus velas de éxito para cambiarlas por unas de corto alcance, a cambiar sus condecoraciones por un birrete de colegial. Quedaba claro que su etapa en la franquicia angelina se terminaba y tocaba elegir destino.
Gasol no iba a tener problema alguno en encontrar acomodo en un aspirante al título. Oklahoma City Thunder y San Antonio Spurs movieron fichas, e incluso Durant y Westbrook se hicieron un buen puñado de kilómetros para convencer al de Sant Boi. Sin embargo Pau lo tenía claro. Sería un Bull.
Su inclusión en el róster de Chicago supondría una inyección letal para sus rivales del Este, una catapulta hacia el título. Las dudas sobre el estado físico del base Derrick Rose y su viabilidad para ser el líder en pista de los Bulls se antojaban decisivas, aunque en este punto Gasol fue fiel a su planteamiento y creyó en el proyecto mostrado por los inquilinos del United Center.
La superación de su récord de anotación en la NBA con 46 tantos en su choque ante los Bucks de Milwaukee supone algo más que una cifra estadística. Las nubes y los últimos oscuros días en Los Angeles dan paso a un cielo despejado en una temporada que significará el regreso de Gasol al All-Star, en compañía de su hermano Marc. El ocaso está lejos.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Un bronce agridulce

Los mejores análisis siempre vienen con el reposo y dejando inyecciones de adrenalina a un lado.
Mucho se viene hablando de las bajas para este Eurobasket, de la conveniencia de escoger a un entrenador bisoño y otras cuestiones paralelas que han afectado en mayor o menor medida el turbulento discurrir de la selección en la competición.
En los partidos de preparación se empezaron a adivinar ciertos desajustes que no terminaron de solucionarse. A pesar de sus declaraciones optimistas con la medalla en el cuello, a Orenga los oídos le seguirán pitando durante una buena temporada. La cabeza del coach se ha pedido desde el lejano partido contra Polonia, con una ironía que ha derivado en virulencia en las redes sociales a medida que avanzaba el torneo. Sus métodos livianos de rendir cuentas en los tiempos muertos ya habían golpeado insistentemente una imagen que será complicada reconstruir. Esa es tarea de la FEB, cuyo máximo dirigente ha permanecido oculto hasta que el brillo de la medalla le ha rescatado de la sombra, menuda casualidad.
Pienso en la cantidad de entrenadores de base que se han partido los cuartos y consumido energías con los chavales, que han celebrado éxitos, y que han sido olvidados. Todos los que pueden ver una meteórica carrera personalizada en un ex jugador que irrumpió en la vida del Estudiantes durante seis partidos oficiales antes de ser despedido al frente del banquillo. Porque nadie debe obviar ese dato. Sentirán envida supongo. Soy firme creyente y defensor de las segundas oportunidades, pero conceder la dirección de un equipo con esta tremenda dimensión a un novato con bagaje exiguo es como presentarse a una partida de mus sin tener ni idea. Ahí el resultado. La autogestión ha sido la tónica predominante y el peligro de dar carta blanca es evidente. Hablamos de jugadores de primer nivel, estrellas en sus equipos, que sin embargo necesitan un guía. En una pista de Carabanchel también se practica un buen tres para tres sin entrenador, pero no deja de ser una pachanga.
Sinceramente espero que el bueno de Orenga amplíe sus conocimientos, que se presente a clinics, que simule dirigir finales apretados en su consola, porque lo que viene es muy grande. Cierto es que recuperaremos a Pau y a alguno más en nuestro Mundial, y eso puede suponer un balón de oxígeno.
Uno no puede ir a la playa sin crema solar porque se expone a las quemaduras, así que mi consejo es que Orenga vaya haciendo acopio de botes...que los va a necesitar.

viernes, 8 de febrero de 2013

Luces y sombras de Llull

Recién terminado un apasionante encuentro entre el Real Madrid y el Barcelona Regal, las redes sociales fueron el contenedor de múltiples opiniones sobre los pequeños detalles que marcaron tanto el final del partido como las dos prórrogas. Uno de ellos fue el factor Llull, difícilmente definible o clasificable. Un factor   que cuando es positivo suele arrastrar a su equipo a la victoria, determinante. Ayer vimos las dos vertientes, también la negativa, que sirvió de contrapeso a su notable actuación en otros apartados.
Porque Llull es un tipo diferente, un escolta con cuerpo de base o un base con las prestaciones de escolta. Laso sabiamente ha sabido exprimir esas cualidades para hacerlas una, letal en bonanza de tiro a canasta.
Su progreso en cancha es proporcional al éxito del Madrid. Cuando sus luces se apagan, otro tiene que asumir su rol. Esta temporada el paso al frente de Sergio Rodríguez, con unos increíbles porcentajes desde el triple, supone ese plus que los blancos necesitaban. La suma del mejor Chacho con el mejor Llull convierte en una poderosa arma el "backcourt" madrileño.
Se preguntan muchos qué impulsa a un jugador a lanzarse 17 triples en un mismo encuentro. Locura, desparpajo, confianza en uno mismo...escojan el término que más les convenza. Saltarse las indicaciones explícitas del entrenador en el tiempo muerto para preparar los segundos decisivos también me dicen por ahí que es de "crack". Cierto. Los grandes de este deporte lo han hecho y lo harán, guiándose por la fábula del perfecto líder, nunca escrita pero repetida hasta la saciedad desde tiempos de mini-basket.
Y sí, jugador drafteado por la NBA. No supe acertar el encaje de Llull al otro lado del charco. Con Navarro no tuve ninguna duda, porque compartiendo características físicas con el mallorquín, le supera con creces en lanzamiento exterior. Las comparaciones son odiosas, pero en este caso la balanza se decanta ampliamente a favor del catalán, cuyas sombras son bien tapadas por sus luces. Navarro no tuvo éxito en la NBA por un simple motivo: falta de confianza severa del entrenador de turno. Punto. Estamos hartos de ver jugadores con escaso talento y demasiado físico que se hacen imprescindibles por allí.
Desde la gerencia de los Rockets, franquicia que ostenta los derechos de Llull, le veían hace un par de años como un buen jugador de complemento para dar descanso desde el banquillo al base titular. Dudo que esa apreciación haya sido modificada en este tiempo. Le falta esa consistencia real en el tiro para poder entrar por la puerta grande en Houston.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Cuestión de liderazgo


Un liderazgo se gana en la cancha con algo más que posturas y palabras de más al término de un partido. Significa el respeto de los que sudan la camiseta, de los que miran al "macho alfa" con absoluta confianza. Un liderazgo no se disputa a base de tirar hasta las zapatillas último modelo y no mirar a los lados.
Algo que hablar sobre el nuevo cambio de estilo de Westbrook, que ha entendido a medias estos conceptos. Hay diferencias de opinión sobre Russell que pueden ser discutidas en el fondo de un vaso con hielo al amanecer y seguirán sin quedar claras, pero existen una serie de puntos que se detienen en el punto común.
El base de los Thunder ha superado ampliamente a estas alturas de temporada el total de asistencias repartidas el curso pasado, centrado más en su lanzamiento a canasta que en crear buenas situaciones de tiro para sus compañeros. Aquí lo indiscutible, las líneas divergentes se pueden empezar ya a trazar.
Se le culpó de no saber llevar a su equipo en los momentos más calientes. En cierta medida hay razones para dar razón a aquellos críticos, observando unas estadísticas que no engañan. Los números suelen servir para dar o quitar peso a los argumentos, y en el caso de Westbrook encontramos ejemplos de egoísmo. El empuje de Durant, infatigable en su esfuerzo anotador, hizo quizá crecer el ansia de reconocimiento al antiguo base de UCLA, que descubrió la gracia de encestar con profusión en su paso a profesionales. Y la fórmula más rápida para adquirir ese reconocimiento consiste en anotar mucho, en el engorde de la casilla de los puntos, a costa de otros apartados. Su media de asistencias descendió de 8 a 3 por choque, y de ello quien se resintió fue el colectivo, que comprobó cómo el juego de ataque lo aglutinan Durant y Westbrook. No hubo demasiados balones de mñas ni para Harden ni para Ibaka, obligados a crearse sus propios tiros. El primero se fue a Houston para mayor gloria logrando ser all-star, y el pívot español esta temporada está explotando su arduo trabajo veraniego en aras de convertirse en un jugador más completo.
Si uno quiere que su equipo gane siempre tiene que ceder una parte de sí mismo al resto. Lebron se empeña en ser mejor a base de constantes mejoras en todas las facetas y en ser generoso, tendiendo la mano a Wade y Bosh para que alcancen su cuota. Gana el individuo y el colectivo. Los Heat son mejores que hace dos años porque cada uno asume su rol, algo que a día de hoy sigue en discusión en Oklahoma, donde el viento a favor propicia que no haya desertores. Veremos lo que pasa cuando sople viento de costado...

viernes, 1 de febrero de 2013

La nueva aventura de Calderón


Demasiados partidos con la misma camiseta, demasiado tiempo escuchando los ánimos y recibiendo el aliento de los aficionados. Para Calderón la aventura canadiense llega al final. Un interesante traspaso a tres bandas ha hecho remover con cucharón la olla, mezclando salsas de Toronto, Memphis y Detroit.
Los próximos meses el base español lucirá colores de los Pistons, en una operación con múltiples lecturas y enconadas disensiones en los foros de opinión. Utilidad, lamento, espera, renuncia...son algunos de los términos que he leído.Y un llamamiento afónico -y en algunos casos agónico- para que Detroit compre lo que queda de contrato y deje libre ya mismo a Calderón. No muchos quieren a Jose en Michigan. Lo ven como una penitencia que debe pasar antes de pasar a ser dueño de su propio futuro en verano. Pero se pueden poner otras lentes.
Serán apenas cuatro meses de contacto con otra realidad, con nuevos compañeros, otro ambiente y otro mercado. Este último factor es  importante, ya que la dimensión que alcanzan los ahora denostados Pistons es notablemente mayor que la palpada en un mercado minoritario como es Toronto, donde se pagan más impuestos y da la sensación de dar perpeutos agradecimientos por contar con franquicia NBA.
Veo con mirada torcida esas camisetas color negro y rojo con el número 8 que tenemos en el armario. Me viene a la memoria la conversación que mantuvimos con un empleado de la tienda oficial de los Raptors, haciendo reverencias lingüísticas al que consideraba el mejor de todos los que pisaban la cancha de Toronto como local. "No hay nadie mejor" nos decía. A este buen aficionado le quedará eso, el recuerdo.
Calderón seguirá contando con el 8 en Detroit, y será el mejor de los profesores para el siempre aspirante a divino Brandon Knight, que de momento se queda sólo con lo de aspirante. Ha dado muestras de un potencial finalmente disperso en la atmósfera, los balances negativos y cierta pasividad en la gestión. Parece que Dumars ha querido despertar de un mal sueño y pretende relanzar a sus Pistons.
La vida del profesional de la NBA está supeditada al rendimiento y a una variable que pone juntos "valor de contrato" y "mercado". El margen de mejora de los equipos viene dado precisamente por los trasvases de jugadores y las opciones que otorga el draft. Si tienes la oportunidad de conseguir al "masterclass" de turno, es posible que el proyecto de futuro pase por sus manos. Detroit creyó ver en Milicic algo que nadie más ha visto. Un muchacho con pelo rubio teñido que se quedó por el camino. Fue el principio del fin.
En un intento casi a la desesperada por salir del hoyo Dumars se ha deshecho del fiable Prince, con sangre azul de vencedor pero enfriada cual horchata, y de Austin Daye, hijo del estelar Darren Daye y que sigue buscando realmente su personalidad como jugador. Tampoco creo que la encuentre en Memphis, donde le aguarda un bonito chándal que le servirá para pintar bien como fondo de banquillo. Muy interesante un movimiento con el que se libera espacio para contratar en verano. Está por ver si Frank combina en pista a Knight y Calderón, algo nada desdeñable, aumentando las prestaciones del ex madridista Singler como alero. Llevando a Drummond junto a Monroe bajo los aros no quedaría un mal quinteto.
Toronto pierde al extremeño y a Ed Davis, un estupendo acompañante de Gasol y Randolph en Memphis. Prince aportará a los Grizzlies su experiencia y el hibernado espíritu ganador.
A Canadá viajan Rudy Gay y Haddadi. El iraní aportará colorín al banquillo, ganando algún que otro minuto en la necesitado front court de Toronto. Gay intentará reclamar su bandera de líder, arrebatando ese honor a Bargnani, con amago de taquicardia pensando que será el siguiente en salir a un equipo que quizá no sea tan complaciente con él.
Mi conclusión: Dudo que Gay ayude a ganar partidos en Toronto, Memphis cuenta con nuevo pegamento para afrontar los playoffs, y Detroit gana a los puntos...a canjear este verano.



martes, 29 de enero de 2013

Orgullo celtic de compraventa


Todos los años a estas alturas de temporada conocemos a los equipos que han convertido su temporada en una hoja arrugada con tachones que tirar a la papelera, a los que pugnan por un hueco en los playoffs y los que sustancian la competición en busca de un mejor relumbrón numérico que echarse a la cara en esta primera fase. Los Celtics figuran en la segunda categoría, pero pueden pasar a la primera en tiempo próximo. La victoria contra los Heat se adivina un espejismo dentro de un curso irregular al que la lesión de Rondo parece haber dado la puntilla. Aquí empieza un antes y un después.
Boston no había permanecido al margen de la rumorología de traspasos. Su ajustada plantilla se antojaba exigua para lides mayores, para emular los días de gloria. Con sus estrellas, salvo Rondo, en una paulatina cuesta abajo, algo acariciaba la barbilla advertiendo de que un ciclo se acaba.
La huída de Ray Allen al calor de Miami suponía mucho más que un puñetazo en el estómago de Ainge, que reaccionaba desgarrando a Jason Terry de la costura de los Mavericks.
Terry no ha dado la talla como sexto hombre en el Garden, ni ha dejado si quiera que asomase un pequeño reducto del talento que generó tantas satisfacciones en Dallas. Su presencia en pista no es una amenaza, y sus porcentajes se asemejan más a los de un temporero que a los de un primer espada.
Tenemos claro casi todos que Bass no puede ni debe ser considerado un guerrero de la élite. Un buen jugador de complemento sí, pero no para que se le concedan más galones.
Garnett juega con velocidad de crucero, haciendo uso de su experiencia y calmando sus achaques entre dialéctica sucia y hielo. Fue un gran líder y es un espejo en el que mirarse, aunque sus días como profesional se terminan. Y lo sabe.
El principal desvelo pasa ahora por una regeneración, que se dibuja sin duda dándole todo el valor posible a un estandarte como Paul Pierce, entregado al equipo en los momentos más oscuros del pasado, sacrificado con la llegada de Allen y Garnett, y aguardando con sus maletas preparadas a la decisión que se tome desde los despachos.
 Los acontecimientos dictarán sentencia, y cobra fuerza la posibilidad de que no se retire como celtic, como es su deseo, y pertenecer a esa casta de jugadores que sólo vistieron una camiseta en su carrera. Es sin duda la pieza más consistente para ser intercambiada, al margen de los que se puedan sumar al paquete para hacerlo más atractivo. La lesión de Rondo saca al base del traspaso repetido en los mentideros, y añade más opciones a la salida de Pierce.
Alguien le habrá dicho al bueno de Paul que los equipos están por encima de los jugadores. Esta máxima solamente es aplicable a Jordan, que es capaz de despertar al más dormido con la insinuación de que volverá a las pistas a sus 50 años.


martes, 22 de enero de 2013

La suplencia de Gasol


La efervescencia de la situación de Pau en los Lakers está de nuevo en su punto más álgido. Su reciente lesión le permitió coger un poco de aire para encarar la asunción de un rol desconocido. Pocos podían ver realmente en la práctica a Gasol saliendo del banquillo, teniendo en cuenta su peso deportivo y económico en la franquicia.
A la baja del catalán se sumó temporalmente la de Howard, fuera completamente del proyecto D´Antoni. En este tiempo se comprobó que un jugador con minutos puede progresar. Nombre y apellido: Earl Clark, un tipo con tres años de experiencia en la liga con tres equipos distintos y con sólo 156 partidos a sus espaldas. Nadie confió en él, y no tenía mucha pinta de que en Los Angeles iba a vivir su sueño dorado hasta que el vaciado de la zona interior obligó al entrenador a otorgarle minutos. Cumplió, y demostró que su perfil encaja más con el gusto del coach, con piernas más rápidas y aparentemente con mejor movilidad que Gasol. Claro, que ante esta oportunidad tiene que salir a morder en cada partido.
Esta nueva variable ha ayudado a D´Antoni a justificar la suplencia de Pau, teniendo a Clark como cuatro fresco con el que supuestamente romper por dentro junto a Howard. Gasol se quedaría con unos 20/25 minutos saliendo del banquillo para dar descanso sobre todo a Dwight. Escaso tiempo e pista.
La cara y los gestos de Pau demuestran su malestar, públicamente manifestado sin añadir demasiada leña, como por otra parte es costumbre en el de Sant Boi. En el fondo prima su condición de profesional, y la obligación de acatar lo que la dirección técnica decrete. Otra cuestión bien distinta viaja en paralelo, como es su status, trayectoria y el simbolismo de la decisión de D´Antoni, que puede suponer un mensaje sobre su aparente cuesta abajo y una llamada de atención al nivel actual de Gasol. La reivindicación es consustancial a esa toquecito, apreciado hace dos noches cuando la expulsión de Howard le hizo recuperar su sitio y alguna de las mejores sensaciones. Puede hacer su trabajo cuando le dejan, del mismo modo que en pasadas ocasiones ha experimentado cierta fragilidad mental cuando sus condiciones se han puesto en duda. Ha sido y es parte del bagaje de Pau, sin enseñar banderas ni exasperar nacionalismos, aspecto que es harto comprobable en las redes sociales. Gasol es y será una estrella NBA, y cuando llegue realmente su onda descendente habrá que contarlo, aunque a alguno le cueste asumirlo. No obstante hemos de aclarar que ese momento no ha llegado, y que su carrera al más alto nivel se puede extender al menos tres años más en la NBA, seguramente en otro equipo.
La dureza de la piedra mental de D´Antoni es significativa, con erosión pero sin rectificación. A las críticas el técnico responde con una dosis más profunda de su estilo, colocando a Gasol fuera del quinteto y entregando balones a Clark detrás de la línea de tres puntos, justo donde quiso pintarle la marca a Pau.
Es un pulso que D´Antoni quiere echarle a prensa contraria y detractores desde que en los Knicks se le quiso hacer la vida imposible. Una huída hacia adelante con su cuaderno, el mismo que no sirve en unos Lakers que se desquician a cada paso que da, y que bordean el abismo.

lunes, 14 de enero de 2013

Y Carlesimo resucitó a los Nets


El proyecto del ruso Prokhorov en Brooklyn nacía con la bondadosa respuesta del público a la mudanza desde la vecina New Jersey, con un roster llamado a llevar a los aficionados al Barclays Center en tiempo de playoff.
Deron Williams, Joe Johnson, Brook Lopez y Gerald Wallace se unían para fundir entusiasmo y éxito. En el banquillo se reforzaba la confianza en Avery Johnson, entrenador con prestigio, para comandar el asalto. Los resultados empezaron a fluctuar, y según parece Deron no se mostraba demasiado proclive a aceptar con los ojos cerrados las indicaciones del "Little General". La consecuencia se resolvió por la vía fácil: destitución del coach y búsqueda de uno nuevo con glamour y buenos antecedentes. Muchos nombres han ido apareciendo en las últimas semanas, aunque comienza a ganar fuerza la continuidad del entrenador interino, PJ Carlesimo, con asiento temporal pero con ganas de rotular su nombre de forma permanente.
Con el cambio la atmósfera ha cambiado y los matices pintados a brochazos han recuperado su finura. Los Nets han logrado un estimable récord de ocho partidos ganados de los últimos nueve disputados, contando una racha de seis victorias seguidas todavía sin romper. Carlesimo ya se postula dentro del perfil buscado de cara a la próxima temporada, algo posible si al término de la temporada las sensaciones en el vestuario y en los despachos se conjugan.
PJ tiene experiencia en la liga como primer entrenador en la NBA, sumando a su ficha tres apariciones en playoff al frente de los Blazers en la década de los 90. Su carrera se ha visto ensombrecida por un episodio oscuro en los Warriors con su entonces estrella, Latrell Sprewell, que al medio plazo supuso el principio del fin de la trayectoria de Sprewell, con un foco deslumbrante situado sobre sus ojos desde aquel momento. Posteriormente Carlesimo pasó a la historia por ser el último entrenador de los Seattle Supersonics y el primero de los Oklahoma City Thunder. Honores sin aplauso ya que fue fulminado después de un más que errático inicio de 2008-2009.
Se puede decir que PJ pasaba por allí al hacerse efectivo el cese de Avery Johnson. La apuesta temporal está resultando y con las victorias se eleva el optimismo y los problemas se olvidan. Habrá que comprobar el nivel de confianza de Deron y Prokhorov cuando el guiso se enfríe. Ocupan los Nets el cuarto puesto en la Conferencia Este, pero la diferencia con Miami, primeros, es mínima. La igualdad prima en el Este y Brooklyn se muestra dispuesto a presentar lucha hasta el final por la mejor de las plazas cuando el tinglado de la Regular Season termine.  

jueves, 10 de enero de 2013

Los Supersonics de nuevo


Los hermanos Maloof dejarán de ser dueños de los Kings
Distintas circunstancias ocasionaron hace cuatro años el cierre por defunción de los Supersonics, la franquicia con sede en Seattle que adornó su extensa carrera en la NBA con un subcampeonato. Corría el año 1996, y fue George Karl el que llevó al equipo a una cota inédita, hincando la rodilla finalmente ante los entonces todopoderosos Bulls.
El coste de mantener a los Sonics en el estado de Washington produjo una serie de desencuentros que provocaron la salida rumbo a Oklahoma City, que ha visto crecer a un talentoso y joven roster construido sobre la base existente en Seattle, liderados por Kevin Durant.
Desde el mismo instante de la partida los rumores acerca de una vuelta han ido apareciendo a cuentagotas. Toda pista sobre la venta posible de una franquicia tenía un punto común, el interés del supuesto comprador en devolver a Seattle el baloncesto NBA. Nada de eso se hizo realidad.
Sacramento ha vivido en el último lustro, coincidiendo con la marcha de los Supersonics, su particular calvario a nivel deportivo e institucional, donde la política ha jugado un papel clave en el día a día de un equipo regido por los controvertidos hermanos Maloof, odiados por la gerencia de la liga y por otros tantos propietarios y personas vinculadas a la liga. Podemos incluir en la lista a Kevin Johnson, excelso jugador y actual alcalde de la capital de California. Su relación con los dueños de los Kings ha ido siguiendo una trayectoria de subidas y bajadas, y ahora se pone punto y final con la más que presumible marcha del equipo lejos de la ciudad. Un millonario de nombre Chris Hansen ha acordado la compra de la franquicia con visos de alojarla en Seatlle.
Realmente tampoco significaría la primera mudanza de los Kings, que han sido locales en canchas de Rochester, Cincinnati y Kansas City. Su apellido fue primero el de Royals, y su logo e imagen han sufrido modificaciones importantes. Su camino no ha sido especialmente bondadoso, conocido y añorado por su juego de ensueño a las órdenes de Rick Adelman, pero también recordado por contar con jugadores de corte problemático y sus disputas internas.
No parece que haya problemas en que Hansen logre reubicar su proyecto en Seattle con su original Supersonics. Hay un pacto del propietario de los Thunder para ceder simbólicamente, no sé si gustosamente, su nombre y sus colores verde y blanco en el caso de que la ciudad recuperase el baloncesto. Años después, no demasiados, el aficionado que lloró la marcha de los Sonics puede volver a sonreir. Les toca ahora agarrar los pañuelos a los fans de los Kings, que deberán utilizar sus cencerros para animar otra actividad deportiva. Aunque en la NBA no hay guión que no se pueda borrar, y quién sabe si el bueno de Kevin Johnson geste en la sombra algún acuerdo con un tipo acaudalado para retomar el basket si hay ocasión. Lo que está claro es que en Sacramento hay afición, el mismo argumento que hace que un pabellón Seattle encienda próximamente las luces para seguir las evoluciones de un balón, dos canastas y diez jugadores vestidos de corto. Adios señores Maloof, bienvenido señor Hansen.

miércoles, 9 de enero de 2013

El pasadizo oscuro del Staples


Una nueva derrota engorda la estadística negativa de los Lakers. No cuenta que Howard o Gasol estén fuera de combate, en este momento sólo vale ganar. No hay excusas. El crédito de D´Antoni ha menguado de forma proporcional a las derrotas. Con un balance más propio de un equipo con el objetivo máximo de ser octavo en su Conferencia, las voces críticas van haciendo mella en el entorno de un vestuario con más ganas de salir corriendo que de salir en la foto. Incluso Magic Johnson se ha postulado como el mayor enemigo del gestor actual del banquillo, casi arengando a una campaña contra el entrenador.
En este momento el playoff está lejos pero todavía es alcanzable. Denver marca el corte con una dinámica irregular. Por delante no tiene pinta de que se falle en exceso, y las opciones del conjunto angelino pasan por encadenar una serie de victorias dulcificadoras y que Portland o Houston (o los dos) entren en un bajón de resultados. Mientras tanto la herida, antes rasguño, se sigue abriendo y no hay apósito que impida que la sangre brote.
El paso de las jornadas no hace sino certificar lo que los detractores de D´Antoni ya aventuraban: no es el entrenador ni el estilo de juego idóneo para esta plantilla. Se ha filtrado agua en el aceite y los egos cada vez aparecen más definidos. La confirmación de la nula relación entre Howard y Bryant no ayuda demasiado ni al presente ni al futuro, ya que el pívot será libre al término de la temporada y en Brooklyn andan ya juntando dólares para convencerle. Esto se suma al bajón anímico de Pau, obligado por su entrenador a deambular por el exterior de la zona. Curioso es verle lanzar en sus últimos partidos una media de dos triples, cuando era una distancia inexplorada por Gasol en su tiempo NBA. No sabe qué hacer para aportar, y la velocidad del ataque le hace perder frescura e ideas en ataque. Ni siquiera la rebeldía ocasional de Nash para darle cobertura en el desenfreno ofensivo le beneficia. Significativo que en paralelo haya crecido la aportación del "outsider" Jordan Hill y que la ayuda de Jamison sea circunstancial. El pasillo de entrada a la cancha se oscurece por momentos y el frío se va apoderando de la instancia. Complicado atravesar ahora ese camino hacia la gloria...o el fracaso.
El aficionado parece dispuesto a dictar sentencia sin esperar a que el curso termine. El asunto empieza a oler a queso pasado que se guarda en la nevera.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

El misterio Vesely


Día de partido. Ronda de calentamiento. Unas sencillas bandejas y algún que otro tiro de media y larga distancia. Salto inicial. Su nombre no vuelve a figurar entre el quinteto de salida. Jan Vesely se acomoda en el banquillo y ve los minutos pasar desde su privilegiada visión de la cancha. Un partido más, suma un DNP en su estadística personal.
Llegó el jugador checo con todas las expectativas puestas en un tipo de 2.11 con pinta de Nowitzki. Nada más lejos de la realidad. Su pasado reciente en Europa despertó el interés en una serie de equipos de la NBA, que suspiran por conseguir una réplica del alero alemán, que tan buen rendimiento ha dado en su extensa carrera. Los ojeadores prestan mucha atención al talento que respire a una altura superior a los 2.10 con tiro lejano y con prestaciones cerca del aro. Por estos lares tenemos asumido hace tiempo que quien encaje en este perfil será drafteado pronto. Es el caso de Vesely, que disfrutó de su condición de líder en un exitoso Partizan de Belgrado y que ahora vive la cara más amarga de su avetura americana.
Al checo se le acusa de falta de agresividad. Lo hace su propio entrenador, Wittman, al que en el punto en el que se encuentran los Wizards le valdría casi cualquiera que quiera asomar el pie por detrás de la puerta. Está la franquicia capitalina sumida en una frenética búsqueda de identidad con bajas importantes, con un base que no lo es y que no se muestra cómodo en esa posición como Crawford, y con pivots como Okafor o Nene que no acaban de encajar en el proyecto. Es el escenario perfecto para demostrar tus condiciones sin demasiada presión para alguien como Vesely, que puede jugar de tres o de cuatro.
El checo gozó la temporada pasada de su condición de titular, a pesar de que sus promedios no iban en paralelo con el tiempo en pista. Se tuvo una paciencia que ya se agota. Son ya un puñado de partidos en los que no ha saltado a la cancha. Esto para un jugador elegido en el número 6 de un draft es duro.
Wittman espera que sirva como toque de atención, como colleja pública para que espabile y se convierta en el jugador que los Wizards quieren que sea. Dominante en el ataque y segunda o tercera línea ofensiva tras la vuelta de John Wall, al que le queda una parte de la recuperación de la grave lesión que sufrió.
No extrañaría que el checo se sume a la lista de traspasables. Eso si no está Washington negociando ya una salida satisfactoria. Todavía tiene Vesely cartel por venir del draft del año 2011. Lo que está claro es que su bombilla se ha apagado y precisa de alguien que le ayude a encontrar el interruptor. Su futuro NBA peligra. Tiene que demostrar que es válido para esta liga.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Sin solución laker


El asunto ya apunta a peligroso. Por las expectativas generadas nadie apostaría a que a estas alturas los principales contenidos de las corrientes de opinión NBA girarían entorno a un calamitoso inicio de temporada como el de los Lakers. Digo peligroso pero casi podría decir dramático. En lo deportivo, que nadie se equivoque.
Los síntomas se atascan en una nebulosa cada vez más espesa. Las soluciones parece que se pierden entre tanta declaración y contradeclaración. Si ayer el problema era Pau, sus rodillas, y su falta de encaje en el sistema D´Antoni, hoy anda mutando en dirección al gestor del banquillo. Kupchack y Buss no descartaban abiertamente una operación antes del trade deadline en la que se viese implicado Gasol. Con la baja de Pau en los últimos partidos los dedos acusadores han cambiado de objetivo, y es entonces cuando Kupchack quiere dar imagen de estabilidad de un proyecto que está perdiendo contacto con el timón. "No hay previsto un traspaso de Pau" viene a contar.
Spoelstra hace unos años vivió una situación compleja en Miami, con un errático comienzo de competición. El equipo se rehizo antes de que la hiriente prensa le desarmase por completo y se instaló una velocidad propicia. Aquí no va a suceder lo mismo. Aunque estemos apenas en diciembre, ya ha habido un cambio de entrenador y las cosas van a peor. Realmente D´Antoni se está replanteando su filosofía. O al menos debería hacerlo si no quiere que el peso de la historia le pase por encima. No solicitó el puesto, el error viene de arriba, pero debe afrontar el reto más importante de su carrera. Se demuestra partido a partido que su sistema se hace pedazos en la pista. A su equipo le cuesta correr, y a pesar del cambio de base (Duhon por el bisoño Morris) nada funciona. Y Kobe se resiente de la falta de liderago en el puesto de uno. Es capaz de crearse sus propios tiros, pero cuando uno solo lanza más a canasta que el resto de sus compañeros, algo huele mal. Difícil que se traduzca en victoria. Dice Bryant que vive lo más complejo de sus 17 años de carrera. No es ningún chaval pero se pliega a la exigencia de velocidad de su entrenador. Howard no encuentra su hueco en ataque y no hay nadie que asome la cabeza con regularidad.
Escuchamos o leemos a todo un Magic Johnson pedir que se respete a Gasol, a sus galones, a su reconocido estatus y a su valor en el poste. Esto es darle una sonora bofetada a la bancada laker. Significa que el rápido sistema de D´Antoni no vale en el Staples...quizá para sus vecinos Clippers sí.
Se espera con ansia la vuelta de Nash. Una vuelta que se retrasa. El tiempo sigue pasando y el estado físico del canadiense será una incógnita cuando regrese. Dudoso que exista un acoplamiento inmediato, por lo que podemos meternos en el mes de febrero y el devenir de los Lakers permanecerá en un temblor constante.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Kobe Bryant: frustración y éxito


Un récord de anotación no es asumible por muchos en la NBA. Kobe Bryant ya suma unos cuantos. En la época actual anotar 81 puntos en un partido es como escribir con pluma en la era digital. Lo logró ante los Raptors en una jornada que queda para el recuerdo. Tirador infatigable, a veces desesperante, no hay que restarle ni una pizca de mérito a su reciente gesta, al ser el más joven en la historia en alcanzar los 30 mil puntos. Supera a Chamberlain. Abdul-Jabbar, Karl Malone y Jordan, su espejo más fiable. A Michael le tuvieron que esperar en su última reaparición en Washington para llegar a esa cifra de ensueño.
Kobe por momentos parece un chiquillo de nuevo cuño en la liga, con su destello de liderazgo que arrastra a su equipo en lo bueno y en lo malo. Cuanto más lanza a canasta mejor va su estadística pero en paralelo suele viajar un rendimiento colectivo nulo. Él solo quiere ganar ciertos partidos, y él solo a veces los pierde ahogándose en una frustración que le hace escupir declaraciones no demasiado a tono con el aplauso al grupo. Si se desmarcó hace unos días con una seca crítica a Pau, ahora le echa betadine a la herida dándole una palmadita a Gasol. Sabe que el de Sant Boi fue clave en la consecución de sus últimos anillos de campeón, y ahora parecía condenarle a la soledad ante la avalancha de especulaciones y tirones públicos de oreja. Un líder debe saber manejar esas cuestiones. Jordan aprendió antes a hacerlo. También fue un ser egoísta y ególatra, pero supo adaptarse al bien común, y el rédito es palpable.  
La visión de conjunto falla en ocasiones. Está claro que se espera con ansia la vuelta de Nash a las pistas. Confiarlo todo a un tipo de 38 años es como estrenar colchón: nunca se sabe hasta que se prueba unas cuantas noches si le va a venir a uno bien. El canadiense es la esencia del proyecto D´Antoni, que cuenta con Kobe, Gasol y Howard, a los que les urge a adaptarse o morir en la orilla. Invita en ocasiones a la perplejidad. A Pau ya le avisan de que debe encajar, correr, tirar (lo que pueda y le dejen) y callar, porque de otra manera será moneda de recambio. No es culpa de D´Antoni, al que fueron a buscar los directivos de los Lakers.
En toda esta marea, creada por el posible traspaso de Pau y las faltas recurrentes sobre Howard, navega Kobe, inmerso en su propio yo, en su récord, en su empeño por ser el todo del equipo. Bryant nunca supo llevar un grupo, fueron otros los que le pusieron la alfombra roja. Phil Jackson experimentó primero con Jordan, y desplegó su conocimiento adquirido con Kobe. Funcionó. Ahora que tiene que ser la cara visible de la franquicia en busca de un rumbo, no está asumiendo la responsabilidad completa de su parcela. Se esconde en su ficha de anotación. Ahí busca un éxito personal que aleja a su equipo del mejor balance posible.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Las sensaciones de Ricky Rubio


Un chasquido en la rodilla y la ilusión dio paso a la desesperación. Impaciencia por regresar a las canchas, inquietud por saber si la recuperación sería la idónea. La noche que Ricky se rompió persiguiendo a Kobe muchas cosas cambiaron. En primer lugar las ligeras opciones de los Wolves para entrar en playoffs se escaparon como agua por el retrete. Los pensamientos de su compañero Love de aunar reconocimiento individual y colectivo pasaron de largo.
Recuerdo perfectamente la imagen de la lesión de Ricky. En un primer momento no pensé que se trataba de algo tan serio. Las sucesivas repeticiones me hicieron resoplar. La televisión ha enseñado a perder cierta sensibilidad en según que circunstancias. Son tantas las baterías de imágenes de tobillos retorcidos en primer plano, de roturas múltiples, de fracturas del quinto metatarsiano servidas sin rubor, que uno ya juega a pronosticar gravedad y tiempo de recuperación antes si quiera de la llegada del parte médico correspondiente. Aquella noche la rodilla de Ricky fue objeto de especulación, la de los optimistas que soñaban con verle en la final de las Olimpiadas, y la de los pesimistas que apuntaban incluso a una retirada prematura.
Los plazos se han ido apurando y no hay fecha concreta para la reaparición. En la NBA no se suele mercadear con el reingreso de los lesionados. Se pueden manejar fechas aproximadas, pero si se asegura una recuperación con carácter indefinido, uno puede esperar tranquilamente con su té verde.
Recientemente se ha demostrado la ineficacia de adelantar la perspectiva de retorno. Públicamente Bogut y los Warrriors han tenido que salir a desmentir la inminente vuelta a las canchas del australiano, lesionado "sine die", un caso ha sido muy mal gestionado. En paralelo viaja la recuperación de Eric Gordon, sobre el que se llegó a decir que iba a comenzar la temporada. Nada de eso. No ha debutado y ya se ha estirado una posible fecha para ver debutar a Gordon esta temporada.
Ricky ha ido dejando destellos de su estado de ánimo y del progreso de los ejercicios de fortalecimiento de la rodilla vía twitter. Una información que acalla rumores, que silencia el furor de los agoreros y dispersa las ansias de los deseosos de verle con la camiseta de Minnestota. Nadie de su entorno ha sellado una hoja del calendario. Esto redunda en la mejor puesta a punto. Sin presiones. Los médicos le han dado su visto bueno y ya entrena con normalidad, aunque se ha apresurado a decir que no volverá hasta que no se olvide de la rodilla mientras juega. Ricky afirma sentirse casi al cien por cien. Llega lo difícil. Unir las sensaciones mentales con su estado físico, ése el objetivo. Él se siente listo, toca comprobar si su rodilla también. .

viernes, 30 de noviembre de 2012

La beneficiosa sanción a Popovich



Las rotaciones de Greg Popovich durante la temporada son ya muy conocidas en la NBA. El veterano coach de San Antonio Spurs ha ideado con el paso de los años un sistema rentable a largo plazo de reparto de minutos, que no contenta a los buscadores de fortuna en la franquicia texana. Confía Pops en su núcleo duro, en Duncan, Parker y Ginobili, y el resto va ganando su respeto con tiempo y paciencia extrema. En los Spurs hay que currárselo para gozar de minutos en pista. Recuerdo a un DeJuan Blair imponente en su primer all-star jugando con la camiseta de los rookies. Parecía que se iba a devorar los aros de San Antonio en la siguiente década y su expediente tiene a día de hoy unos cuantos partidos en blanco. Como él y como Jefferson, que nunca terminaron de plegarse a las exigencias del entrenador o que no pudieron cumplir con las expectativas. Son tipos de menor caché, como Bowen antes o como Neal ahora, los que terminan por dar la cara. El brasileño Splitter va encontrando su sitio poco a poco.
A lo largo de las últimas temporadas ha buscado Popovich dosificar el tiempo en pista de los veteranos, para poder llegar en las mejores condiciones posibles a los playoffs. Presentes tenemos por ejemplo finales de temporada catastróficos de equipos que han llegado literalmente fundidos. El objetivo es rentabilizar lo mejor posible una plantilla elaborada con el trío estrella y escuderos prácticamente desconocidos, y que estos últimos cuenten con cierta capacidad de iniciativa. Matt Bonner disfruta a ráfagas de su condición de desatascador, enarbolando la bandera del triple imposible con una técnica no digna de ser estudiada en la más purista de las escuelas baloncestíticas. Pero cuando llega su momento estará preparado.
Ahora David Stern amenaza con duras sanciones a los Spurs por sentar de una tacada a Duncan, Parker, Ginobili y Green. Decisión que se justifica por la dureza de una temporada que acaba de empezar. No le importa al comisionado el mes de abril, piensa en el ahora y en lo relativo al prestigio de la NBA. Tampoco le echa un vistazo al resultado ajustadísimo del partido frente a Miami Heat, liderado en filas texanas por jugadores como Neal o Splitter.
Se podrá argumentar que es otorgarle una ventaja crucial al rival, que los aficionados han pagado por ver el mejor espectáculo posible y que las audiencias televisivas se pueden resentir. Una sanción ejemplar en camino.
Invito al comisionado a darse un paseo por España, donde ésto de dar minutos a los suplentes es habitual en la competición copera de fútbol. ¿Qué aficionado de un equipo pequeño no ha visto desfilar por su estadio a una nutrida colección de jugadores del filial del Real Madrid? ¿Acaso no ha pagado el aficionado por ver al Madrid y no al Castilla? Porque bien que se encargan de engordar el precio de la entrada en cuestión.
Vuelvo a aquello que ya comenté en alguna ocasión del cuidado del producto. Realmente a Popovich la sanción le da igual, porque forma parte de su plan. Stern da un puñetazo medido en la mesa y envía un mensaje claro al aficionado: este tipo de decisiones no son toleradas. Consigue forjar una estrategia de protección de la marca NBA, una liga limpia, equitativa y sin dobleces. Ese es el objetivo. Al final nadie sale mal parado, porque los Spurs casi derrotan a Miami, Parker y Duncan han descansado, Stern tiene su titular, y la pureza del producto se mantiene intacta.

jueves, 29 de noviembre de 2012

El futuro de Pau

El agua ya está hirviendo poco a poco en la olla, y desde distintos sectores de la prensa angelina se van introduciendo los ingredientes del caldo. Deseosos algunos de quitarse de enmedio a Gasol porque les sobra hace tiempo. No ha despertado demasiada simpatía en según que cronista la presencia de Pau bajo los aros del Staples. Primero se decía que era blandito, que no bajaba el trasero en defensa y que no intimidaba lo suficiente. Con la consecución de los anillos y la estimable aportación de Gasol la crítica se fue por otros derroteros, basándose en una supuesta falta de química con Kobe y una falta de peso real en el vestuario laker. Los hay que han pretendido hacer daño al de Sant Boi, que de manera inteligente se ha alejado de la polémica. Las demostraciones sobre la cancha siempre. A un recadito picante de la prensa o una punzada de Phil Jackson les respondía con una buena actuación.
El juego NBA le ha ido acercando al aro, desterrando la imagen de Gasol tirando de más allá de cinco metros. En este tiempo ha modificado su mecánica de tiro, más arqueada, ha ganado bastante músculo y ha desarrollado un considerable juego de espaldas. La tendencia de un jugador de su talla sin la eficiencia de Nowitzki alejado de canasta es acomodarse ahí abajo. Lo del talento va por otro lado. Hemos visto una plaga de tipos de nivel bajo obteniendo una rentabilidad bancaria digna de ser estudiada. En muchos casos los kilos derrotan a la sabiduría.
No se desvela un secreto si se dice que la preferencia de Pau en el relevo de entrenador iba orientada a Jackson, que supo exprimirle, motivarle y premiarle a su manera. Y consiguió dos anillos.
Uno se puede hacer una idea del gesto facial de Gasol al enterarse de que el elegido finalmente era D´Antoni, que abandera un tipo de baloncesto que no favorece en nada las actuales cualidades y capacidades de Pau. Rapidez, gusto por los ala-pívots versátiles (Jamison encaja a la perfección en su estilo) y poco aplauso para los que gastan más de cuatro segundos en crearse su propio tiro. Howard y el español se ven claramente perjudicados. Se estorban y no producen. Si los arrastras más allá del poste los pierdes para el interés colectivo. Los porcentajes hablan por sí solos.
Ahora los rumores invaden la red. Knicks y Timberwolves supuestamente interesados. ¿Beneficio para Pau?
Evidente que una salida a cualquiera de estos dos equipos le devolvería su estatus. Adelman juega rápido pero sus pívots son consistentes. En la memoria un excelente Divac en aquellos Kings que enamoraron hace unos años, y en el presente un Pekovic que se luce de forma estable en los Wolves. Definitivamente sería una buena opción, al margen de que contaría con Ricky Rubio para nutrirle de balones donde y como a él más le gustan.
Lo de los Knicks tampoco suena mal. Ya está mayor el frontcourt del Madison, y la inclusión de Pau sumaría talento a la veteranía. Una jugada aritmética interesante.
No entro a valorar los recambios en los equipos. Si cuaja el asunto ya podremos analizar con más detalle su impacto.

martes, 27 de noviembre de 2012

Brooklyn Nets, la nueva vía


Rebautizados en su denominación y trasladados en la práctica. Los Nets abandonaban un penoso pasado reciente en New Jersey para buscar la gloria en New York incrustándose en el populoso barrio de Brooklyn. Decisión tomada por el entonces dueño de la franquicia, Bruce Ratner, en base a una premisa empresarial y económica importante: Brooklyn ofrece un amplísimo nicho de mercado entre los aficionados, deseosos de contar con equipo de basket, siendo un producto más vendible que en la por muchos denostada ciudad vecina.
Desde que los Dodgers cambiaron Brooklyn por Los Angeles a finales de la década de los 50, ninguna atracción deportiva había captado el tiempo y atención de los cerca de tres millones de habitantes de este trozo de New York.
Se estrenan colores oscuros en la equipación y la moderna cancha, que sirven de escapate a un roster remozado a fuerza de talonario, donde la estrella europea Teletovic no encuentra un hueco por el que asomarse. Eso sí, se debe tener presente el horrendo inicio de campeonato de Mirza con porcentajes de tiro dignos del rookie más desnortado.
Anoche se produjo el choque de franquicias neoyorkinas, igualado como los buenos derbis, con final electrizante como los buenos vinos. Nets derrotaron a Knicks y se colocan en paralelo en el casillero de victorias/derrotas. Los del Madison pierden fuelle tras un comienzo de curso fulgurante y sus conciudadanos de más allá de Manhattan van de menos a más, con sus principales valuartes sanos y su quinteto estrella esperando a que termine de hacer efecto el pegamento.
El pívot Brook Lopez, veterano "Net" que va ascendiento desde los infiernos, vaticinaba una pelea por el título esta misma temporada. Es complicado jugar a visionario, teniendo en cuenta el nivel parejo de gran parte de los equipos este año, pero sí que podríamos incluir a Brooklyn como aspirante a comerse la tostada fría y tarde. La competición será larga, y entrarán en juego las lesiones, desajustes, desavenencias y problemas con entornos peligrosos. No sé si Lopez está en lo cierto, aunque es perfectamente plausible pensarlo observando a sus compañeros de vestuario. Es indiscutible eso sí, que se abre nueva vía en el futuro de la NBA, si se hacen bien las cosas en el Barclays Center.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Flopping


"Cualquier acto físico que ha provocado que los árbitros le piten una falta a un rival". Una definición que no por novedosa evitará perseguir el subconsciente de ciertos jugadores que acostumbran a exagerar impactos o contactos para generar un engaño favorable en forma de falta. Gestos que ya han rebosado el límite de paciencia de una liga que apuesta de forma decidida por el "fair play" y la camaradería en pista. Ya se encargó de frenar con técnicas el ansia de protesta de los jugadores tras la señalización de falta, y ahora se da un paso más allá.

El uso de las nuevas tecnologías permite rearbitrar el partido en aspectos concretos. Un ejemplo y un espejo en el que se podrían mirar otros deportes, que a pesar de moverse en la modernidad mediática, todavía manejan esquemas rudimentarios de gestión del producto. Si los partidos y las ligas se comercializan, la pregunta es sencilla ¿Por qué no se cuida el producto de la mejor forma posible? ¿Por qué se siguen consintiendo polémicas innecesarias de dan abrigo a innumerables tertulias en las que la saliva sustituye a una corrección temprana? Por miedo. No sé muy bien a qué, pero por miedo. A lo nuevo, a la dependencia de un sistema que quita poder a los jueces, a la retirada de privilegios quizá. Lo mismo interesa prorrogar las decisiones controvertidas una vez finalizado el encuentro con el objeto de hacer estallar la vena del aficionado. Para que entre al trapo, para que se manifieste y la rueda siga girando.

Reggie Evans tiene el dudoso honor de ser el primer castigado por "flopping". Un tipo duro, veterano en la liga, acostumbrado a bregar bajo canasta y con reputación destacada a la hora de sacar de sus casillas al contrario. A la advertencia por una primera infracción le sigue una multa, que no es muy fuerte en lo económico pero sí en su relevancia. Su nombre aparecerá ligado para siempre a esta sanción.
Preocupaba a las cabezas pensantes de la NBA la proliferación del "flopping", y alguno que otro se apresuró a apuntar a la creciente presencia de jugadores europeos, supuestamente expertos en recurrir a falsear la gravedad del contacto. Pero el primero en estrenarse no tiene origen balcánico, ni nació en Sant Boi de Llobregat.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Los Knicks renacen


En los últimos años el paquete turístico de New York podía incluir una visita al emblemático Madison Square Garden. Para los fanáticos del baloncesto suponía un momento especial al cruzar pasillos impregnados de historia, llenos de fotos en blanco y negro con nombres ilustres. Un colorido tour completado con una parada en los vestuarios, auditorios y finalmente en la grada. En la salida, la foto junto al panel. Y ya. Quizá por la tarde los Knicks jugarían en casa y se conseguiría una entrada a un precio razonable. Interesante por supuesto ver un partido de la NBA, aunque sin demasiada emoción en cuanto a la competitividad del equipo local. El hecho convertido en tradición parece que cambia.
Los años oscuros han dado paso a un arranque de temporada encomiable. Siete victorias y una derrota peleada ante la otra franquicia con comienzo de ensueño, Memphis. Números que hacen levantar la ceja a los seguidores neoyorkinos, que sin tener estadísticas ni datos, con seguridad han sufrido una pérdida en un número estimable al convertirse los Nets en vecinos de Brooklyn.
Extrañaba en cierta medida la polìtica de fichajes de esta temporada, premiando la veteranía sobre la bisoñez. Significativo que Prigioni debute en la liga cuando en el horizonte está bastante más cerca la retirada que sus mejores años. Woodson convenció a Rasheed Wallace para que apartase de su rutina los partidos contra aficionados y se sumase a los profesionales tras dos años de jubilación dorada. Se había especulado en este tiempo con su inminente retorno, pero nada se concretó. El impacto de Wallace en el esquema de juego es evidente, no notándose apenas la inactividad. Le acompañan en labores interiores los veteranísimos Camby y Kurt Thomas, que se complementan a la perfección en estas lides con Chandler. Se puede afirmar sin duda que se trata de la fuerza interior más potente de la NBA. Experiencia, talento y conocimiento del juego, los tres factores que aporta también Prigioni desde el puesto de base.
Kidd abandonó a Cuban y sus Mavericks para unirse a un proyecto incierto en Manhattan. La práctica en este inicio de curso demuestra la casi perfecta simbiosis con Felton en ese puesto de 1-2.
Brewer siempre suma, bajando en trasero en defensa y estirando músculo en ataque. JR Smith juega seguramente el baloncesto más inteligente de su carrera con los grandes. Y nos queda Carmelo.
Al bueno de Anthony las Olimpiadas le han sentado muy bien. No sólo por contar con una medalla de oro de la que poder presumir, sino por el paso adelante que dio en un equipo en el que no estaba nominado como primer espada. Una eficacia en el tiro que rompíó partidos sirvió para relanzar su posición en un vestuario donde había que demostrar muchas cosas. Quizá hasta se dio cuenta de que a veces hay que ceder en beneficio del colectivo. 
Ahora se plantea una problemática que tendrá que resolver Woodson: la inclusión de Stoudemire en un quinteto que funciona bien engrasado. Será entonces cuando se verá si la química realmente funciona y si Amar´e es una ventaja o una china en el camino. Y si los Knicks pueden aspirar realmente a algo.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

D ´Antoni el elegido


La especulación dejó paso por fin a la realidad. Muchos habrían apostado dinero a que Phil Jackson iba a recuperar su viejo sillón especial para dirigir desde el banquillo a sus queridos Lakers. Tan claro se veía que ya se comenzaba a redireccionar el viejo mensaje y los conceptos del ataque ideado por Tex Winter a una renovada plantilla aspirante a todo.
Eran pocos los que creían que D´Antoni realmente tenía alguna opción, y que no se trataba de un candidato de quita y pon a conveniencia del consumo mediático.
 Las horas que sucedieron a la destitución de Mike Brown se manejaron con una puesta en escena discretísima por parte de Jim Buss. Si es cierto que Jackson pedía plenos poderes es algo que se quedará en la famosa reunión, salvo que aparezcan grabaciones del encuentro. El "maestro zen" niega haber solicitado facultades especiales en la gestión más allá de la gestión del vestuario. Poco importa ya. La decisión se tomó al margen de lo que la prensa especializada había vaticinado.
Mike D´Antoni llega tras una errática etapa al frente de los Knicks, con más sombras que luces. Se espera que recupere el vigor mostrado en Phoenix, donde precisamente Nash se convirtió en sus ojos en pista. Uno de los principales avales, sino el único a estas alturas, es la presencia del canadiense y la facilidad que conllevaría la reconversión del difuso ataque en algo más digerible.
El juego de D´Antoni requiere piernas frescas y mente libre. Se comparte un efecto solidario con el balón, que distribuiría Nash. Ahí es donde los críticos de la elección respiran con dificultad. Kobe, Pau y Howard compartiendo tiros. No habrá equidad, básicamente porque los tres no podrán hacer más de una veintena de lanzamientos a canasta, salvo locura colectiva resumida en una pizarra con tachones. Y me refiero a esos tres sin contar con World Peace o Jamison, o el resto de acompañantes que aspiren a jugarse más de 8 tiros por choque.
La cabeza de la otrora estrella del Tracer de Milán tiene que echar humo con las combinaciones posibles de sus clásicas jugadas, retocadas en base a una nutrida colección de nombres.

sábado, 10 de noviembre de 2012

¿Qué pasó con Mike Brown?

Tenemos un finiquito por firmar y un puñado de preguntas, tantas como el aire se pueda llevar. Una decepcionante fase de preparación y una pequeña pero apabullante colección de derrotas hicieron el resto. ¿Son suficientes cuatro partidos perdidos de cinco disputados para buscar el cambio de entrenador? Es la cuestión que más pesa ahora, la duda que salpica los muros del entramado laker, arañado con dolor por los aficionados temerosos de perder de nuevo el barco.
El que Mike Brown fuese capaz de reconducir el penoso comienzo es algo que ya queda atrás. Se sabía que se contaba con un coach experto en armar el equipo desde la defensa, un especialista en este apartado. En Cleveland consiguió grandes éxitos con Lebron a la cabeza pero con jugadores de menor rango, capaces de aceptar sus roles, el liderazgo indiscutible de King James, y la ventaja que da en muchos aspectos el ser el tipo de la derecha de la foto.
Con la nueva configuración, la llegada de Howard, Nash y en menor medida Jamison, el espectro ofensivo se antojaba complicado. Se optó por introducir la "Princeton Offense", con mucha circulación, mucho pase y solidaridad en ataque. ¿Todos dispuestos a aceptar? Sí, pero con matices.
Al renovado estilo le empezaron a salir detractores como las setas al campo lluvioso. Hasta Magic abogaba en menos de 140 caracteres por una rectificación en beneficio del talento de Nash...para qué le habían traído entonces se preguntaría fuera del "tuit". Su gestión de los casi campeones Cavs fue aval suficiente, y lo seguirá siendo en próximas incursiones como técnico jefe a pesar de su mediocre papel al frente del equipo angelino. La vida es así. Volverá a entrar en las quinielas a aspirante a uno de los jugosos banquillos de la NBA, de eso no hay duda.
Y ahora toca hacer caso a la rumorología, sabiamente dispersa entre el mundo on y off line. Se va poniendo la chaqueta laker a D´Antoni por el hecho de estar conectado al juego de Nash. Aislará la ofensiva de Carril y le entregará el balón al canadiense para que lo reparta convenientemente entre el resto, sin que Kobe se enfade. Eso si le toca al bueno de Mike, desterrado de la Gran Manzana por Carmelo.
La perla mediática la encontramos en la enésima búsqueda de Phil Jackson, sonriendo desde su atalaya y esperando acontecimientos. Esta situación tampoco le viene mal. Volver como rescatador al servicio de un roster que poco le podrá reprochar, y que tendrá que bajar la mirada ante la avalancha de críticos que les respiran en el cogote.
Nombres hay muchos. Esperemos a conocer la identidad del escogido.