domingo, 29 de marzo de 2009

Agente 0

El 28 de marzo ha sido la fecha escogida por Gilbert Arenas para volver a la actividad NBA. Los aficionados de los Wizards han tenido que esperar más tiempo del necesario para ver el retorno de la gran estrella. Ha sido un periodo lleno de dudas sobre el adecuado estado físico de un jugador que ya había pasado por una lesión grave. Su incontencia verbal ha sido favorablemente frenada en los últimos meses en pos de una suave vuelta a las canchas.

Arenas y sus asesores han sido listos. Han esperado a que se confirmase la temporada de estrépito en Washington para que las expectativas ni fuesen demasiado altas. Nadie podrá insuflar una exigencia excesiva a Arenas ahora que el bólido no lleva motor de recambio.

De entrada su presencia en el quinteto ha supuesto un aumento en las prestaciones de su equipo. Errático en el tiro pero eficaz en el reparto de juego, en las próximas semanas procurará llenar líneas con esmeradas actuaciones más de cara a recuperar estatus que de arrancar victorias en el casillero "wizard".

Presumiblemente los tiempos y los plazos se han ido cumpliendo, por lo que sería estremecedor que una recaída frenase su regreso. Una lesión más a buen seguro supondría el sello definitivo en una hoja de servicios destinada a ser archivada. Espero que por el buen espectáculo, por su impacto y sobre todo por el bien del equipo capitalino, Gilbert Arenas vuelva por sus fueros.

domingo, 22 de marzo de 2009

Camino de la NBA

Estamos en ese momento en el que la temporada regular va camino de echar el cierre y comienzan a echar humo las previsiones del próximo draft. Hace veinte años no se esperaba con ansia la decisión de algún jovencito del otro lado del charco, del nuestro se entiende, porque las cabezas pensantes de los equipos NBA tenían suficiente con mirarse el propio ombligo. Cualquier buen "prospecto" digno de ser seleccionado debería salir de la inagotable cantera de talento nacional.
Ahora los general manager que sitúan a España en Europa se cuentan por mayoría, y ya no es una sorpresa que uno de nuestros chicos se embarque en la aventura americana.

En tres días termina el plazo concedido a los jugadores más jóvenes para que envíen la solicitud para presentarse al próximo draft. La familia Rubio decide si su hijo Ricky se presenta a la lotería del mes de junio. Muchos aguardan la respuesta para establecer los pasos a seguir en los meses venideros.

A día de hoy, y sin tener la certeza absoluta del grado de sometimiento de la NBA a las bonanzas deportivas de Ricky, se apunta a que podría colocarse en el Top-4. Difícil parece que haga bajar del lugar de privilegio a Blake Griffin, un mocetón de la Universidad de Oklahoma que casi lleva marcado a fuego en su piel el número 1.

Una vez que se haga efectiva la decisión de abrir la puerta a la NBA, será el tiempo para evaluar la receptividad de las franquicias. Desde Sacramento llegaban opiniones muy favorables sobre Rubio. Se debe tener presente que los Kings presumiblemente tendrán el peor récord y por lo tanto el mayor número de posibilidades de hacerse con el premio gordo del draft. En los primeros puestos se cuela el "siete pies" tanzano Hasheem Thabeet, una fuerza taponadora que necesita pulir sus fundamentos. Jordan Hill de Arizona, James Harden de Arizona State y el "europeo" Brandon Jennings completan el ramillete de candidatos.

Lo que Ricky aporta es talento, futuro y unos recursos sin cuantificar muy del agrado de una liga como la estadounidense. Espero que todo eso le valga para ser valorado en una posición alta. Veremos.

viernes, 20 de marzo de 2009

El sexto hombre

Figura crucial para el balance de la llamada segunda línea, el sexto hombre nació para darle protagonismo a aquel jugador que por sus excelsas cualidades atacantes o defensivas le dotaba al equipo de una fuerza importante saliendo del banquillo. A la memoria me viene Michael Cooper, que durante once temporadas fortaleció a los Lakers del "Showtime" granjeándose una fama como defensor que se corroboró con cinco apariciones en el mejor quintento defensivo del año, tres en el segundo quinteto y un galardón individual en este apartado obtenido en el año 1987.

Durante su carrera, Cooper elevó sus minutos de juego llegando a llenar más de dos cuartos del partido con su presencia, hecho que constata la trascendencia de sus minutos en cancha. Jugador de una gran envergadura y largos brazos, repartía su tiempo de juego dando descanso a "Magic" como base o incrústandose en la posición de escolta con una consistencia anotadora nada desdeñable. Hay que tener en cuenta que con el mago Johnson, Kareen, Byron Scott o Worthy en pista, sus puntos no eran tan necesarios.

Ya en su época universitaria había destacado por su polivalencia y su aportación en diversas facetas del juego, y su figura se antoja clave para el éxito de los Lakers de aquella época de los gloriosos años 80. También se trata del caso de un jugador no escogido en una posición de privilegio en el Draft que termina reportando beneficios incalculables a la franquicia. Cooper fue seleccionado en la tercera ronda, cuando el proceso de elección de universitarios se prolongaba durante horas.

Hoy en día, con la reducción del Draft a tan solo dos rondas, se sigue muy de cerca la evolución de los jugadores no seleccionados con buenos informes en las tradicionales ligas de verano, con una mezcla de rookies sin minutos, colegiales seleccionados sin rango, extranjeros con la mochila al hombro y buscavidas diversos.
Como foto para ilustrar la definición de sexto hombre se debería adjuntar una foto de Michael Cooper.

jueves, 19 de marzo de 2009

Coste de oportunidad

Pocos pueden sentarse en sus butacas a disfrutar de una buena temporada en Washington. Después de la enésima lesión de Gilbert Arenas, ni las almas más insidiosas podían soñar con un rendimiento tan lamentable de los que debían tirar del carro. Se esperaba bastante más del buen hacer de dos all-star como Caron Butler y Antawn Jamison. En el caso de Butler se demuestra que su presencia en el fin de semana de las estrellas supuso un premio inmerecido para un jugador que no cuenta con ese plus necesario para asomar su cabeza por encima del resto.
Jamison comprobó con la lesión de su amigo Arenas como el castillo de naipes perfecto que había imaginado en su cabeza se desmoronaba. Había renunciado a cohabitar en un escenario de contendientes al título para aportar su veteranía a un proyecto cimentado en el valor de tres. En el momento en el que una de las patas de la mesa se resquebrajó, el resto no ha sido capaz de levantar el vuelo.

Se ha comprobado que el inmovilismo a veces resulta contraproducente. Nadie en la franquicia ha aprovechado la oportunidad que se lo ponía delante de las narices. El joven Nick Young había despertado muchas expectativas el curso pasado, pero este año se ha visto inmerso en la tónica gris general.

Es muy duro asumir que se tira toda la temporada por la borda incluso antes de que empiece. Tampoco es digerible que los dirigentes hayan permanecido inmóviles a las ventajas que el mercado les podía proporcionar. El resultado es un equipo triste, sin rumbo, que solamente supera a otro equipo que ha cambiado su cara por completo de cara a un futuro incierto como los Kings de Sacramento.

domingo, 15 de marzo de 2009

Lenta espera

Al trío magnífico de Boston se le está haciendo especialmente la temporada, y al término de cada partido se dan prisa por hacer la muesca en el calendario. La baja de Garnett ha hecho que aparezca la peor cara "céltica".
A pesar de haber alcanzado su mejor nivel de siempre, Leon Powe no es un cuatro titular. Es un más que digno suplente, pero nunca podría salir de inicio, al menos en estos Celtics triunfadores. En la peor época cualquiera con músculo ocupó plaza de privilegio. Eran otros tiempos.
El buen hacer en los despachos ha traído al solvente Mikki Moore, aunque viene en todo caso a dar minutos de descanso. El mocetón Glen Davis echa un falta un poco de intensidad y de paso de unos cuantos centímetros.
De momento Marbury se está portando como un buen chico, y es presumible que logre mejores cotas de rendimiento en un mes. Vendrá muy bien porque Rondo evidencia síntomas evidentes de debilidad. Por lo demás, salvando al siempre fiable Eddie House, los demás bastante tienen con no estorbar demasiado.

Un puñado de derrotas incomprensibles como la última ante los "tiernos" Bucks ha provocado el inmediato acercamiento de Orlando, que casi sin quererlo está al mismo paso que los Celtics. Si Atlanta no estuviese tan lejos, las semanas previas al playoff serían de infarto para cerrar las plazas de acceso a la segunda fase.

sábado, 14 de marzo de 2009

El jornalero

En la carrera de un jugador de baloncesto los sueños de gloria se pueden escapar sin que exista a veces una explicación del todo fiable.
Un joven Joe Smith apuraba sus últimos partidos en la universidad de Maryland con la mente puesta en las grandes canchas de la NBA. Los meses anteriores se había escrito mucho sobre la posibilidad de que Joe se convirtiese en la primera elección del Draft. Estadísticamente era manifiestamente mejorable, pero su potencial hacía soñar a más de un directivo. Alto, atlético, con buen tiro y respondiendo al rigor defensivo, poco más se podía pedir.

Los pronósticos se cumplieron y los Warriors, que habían perdido a un baluarte como Chris Webber, apostaron por Smith. Su temporada de debut cubrió las expectativas, y finalmente sólo el base Stoudamire le venció en la lucha por hacerse con el título de "rookie" del año.

El curso siguiente mejoró sus prestaciones ofensivas tal y como se le había reclamado, y en la siguiente empezó a sufrir un calvario de pequeñas lesiones que perjudicaron para siempre su rol en la NBA.

Renegado de su propia condición, fue vagando por equipos como Timberwolves, Bucks, Pistons, Sixers, Bulls y Cavaliers. Un trotamundos aceptando el papel de suplente cualificado en la mayoría de los casos. Sus mejores números han quedado desde entonces marcados en el olvido, y su esfuerzo en mayor medida defensivo redunda en el apoyo de un colectivo necesitado de fuerza interior, tal y como refleja su actual aportación en los Lebron Cavs.

Es un ejemplo de cómo un aspirante a estrella se queda en el camino. Hay otro jugador que está siguiendo los pasos de Joe Smith. Drew Gooden cumple todas las premisas para convertirse en el próximo "jornalero de lujo".

sábado, 7 de marzo de 2009

Idoneidad

Ya se venía barruntando el poco apego de la personalidad de Allen Iverson a una estructura estable y medianamente ordenada como la de los Pistons. Su traspaso iba a ser presumiblemente el golpe de efecto para una franquicia abocada al declive. Nada más lejos de la realidad.

La llegada del polémico Iverson provocó un colapso en los cimientos más básicos, empezando por uno de los grandes capitanes. Ante la falta de química en un quinteto inédito, Rip Hamilton cedió su lugar sin renunciar a sus galones. Jugaría de sexto hombre, pero sin perder sus credenciales, ganadas por otra parte en buena lid. El buen hacer del joven Stuckey en el puesto de base facilitó ligeramente las cosas, aunque el capítulo de victorias siguió siendo la ñ de un teclado inglés.

Más tarde llegó el desencuentro entre Allen y la plantilla, y del entrenador con público y jugadores, sin aclararse muy bien el orden cronológico. Iverson se borró de pronto de algún partido y las heridas restañaron sin más. Hamilton volvió a erigir como el líder y los esquemas repetidos una y mil veces en los entrenos dieron sus frutos. Nadie entonces cuestinó al coach Curry, o se hizo muy veladamente.

Ahora tenemos a Iverson con una lesión de espalda de grado medio, que le tendrá al menos dos semanas en el dique seco. El mismo que cargaba contra la organización "piston" espera ahora regresar con celeridad para ayudar a un equipo que empieza a darse cuenta de que funciona mejor sin su concurso. Quizá el tiempo de A.I para conseguir un anillo pasó.

domingo, 1 de marzo de 2009

Opciones abiertas

Ya hay quien empieza a tenerlo bastante claro de cara a los playoff, sobre todo en la conferencia Oeste. A pesar del resurgir del equipo de Popovych, los Spurs no van a arrebatarle la posición de privilegio a los Lakers. Salvo un destrozo mayúsculo en su línea de flotación, en Los Angeles ya pueden empezar a hacer sus apuestas entorno al primer emparejamiento.
La última plaza en el Oeste es cosa de dos, Dallas y Phoenix. Los demás, empezando por Golden State, se borraron de la lucha hace ya demasiado tiempo. Los Warriors aprovecharán para ver madurar a los jóvenes y rezarán por salir reforzados en la lotería con el número 1 del Draft, y Don Nelson tendrá que esperar al año que viene para superar el récord de victorias de Lenny Wilkens. Grizzlies, Thunder, Clippers, Timbewolves y Kings "pelearán" por la peor marca de la Conferencia. Apostaría a que Sacramento ha cerrado la tienda esperando ser recompensado con lo mejor de la promoción universitaria.

Si nos vamos a la conferencia Este, vemos que las opciones están todavía bastante abiertas. A la primera plaza apuntan solamente Celtics y Cavaliers. Aunque todavía hay partidos y respiran bastante cerca, los Magic han perdido el tren de cabeza con una serie de inoportunas derrotas.

La gran sorpresa es Atlanta, al que la ineficacia del resto de equipos le ha colocado en un meritorio cuarto puesto. El mejor nivel de los Hawks todavía tiene que llegar, presumiblemente, la temporada venidera. Todo lo que puedan extraer en los playoff les vendrá de perlas como experiencia.
Miami demuestra solvencia en los últimos tiempos, y no creo que los de atrás le echen el aliento en el cogote. A partir de la sexta plaza, se enmaraña. Philadelphia ha conseguido sobrevivir a duras penas a la lesión de la estrella Elton Brand, Milwaukee ya ha hecho bastante con llegar a la octava plaza y lo de Detroit es para analizarlo aparte. Entre todos se están empeñando en acabar con las posibilidades de la franquicia de Michigan.

Por abajo hay que prestar la debida atención a los Bobcats. Los movimientos en el mercado han rehecho la configuración de la plantilla hasta convertir a Charlotte en un serio contendiente cada noche. Hasta seis equipos pueden soñar con la última plaza con derecho a playoff. En este punto es mejor preguntarse si conviene ralentizar la velocidad o terminar con la cabeza alta para enfrentarse a los temibles Celtics o a los Lebron Cavaliers.