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viernes, 27 de febrero de 2015

La amarga estancia de Calderón en NY



Por los pasillos de ensueño de la zona de vestuarios del Madison Square Garden, lleno de fotos enmarcadas y en el que se respira todo el baloncesto del pasado, pasea un cabizbajo José Calderón tras una nueva derrota de su equipo. La temporada está siendo un fiasco, y ya nadie mira hacia arriba en la clasificación sino hacia el área de hundimiento estadístico.
El experimento de Derek Fisher en el banquillo ha resultado ser contraproducente para una plantilla falta de un claro referente experimentado. Fisher permaneció más tiempo en activo como jugador del que quien una vez le hizo su reseña de novato pronosticó. Sin talento para ser base contundente ni con tiro de campanillas para convertirse en amenaza exterior, su juego se fue puliendo y acomodando merced a las estrellas que tenía a su alrededor y sobre todo, rotulando las instrucciones de Phil Jackson. Logró acumular minutos impropios en alguien de sus características y se retiró plácidamente tras lidiar en los despachos de la Liga en beneficio de sus compañeros como representante sindical.
Y la oportunidad de ser "head coach" se le echó a los brazos sin mayor merecimiento que el de ser señalado por el "Maestro Zen". Ante las primeras derrotas Jackson llamó a la paciencia, y en este momento en el que las victorias apenas suman una decena su respiración diafragmática se empieza a entrecortar. Fisher sale en defensa de los suyos, pero lo cierto es que el equipo es un erial.
Calderón se sumaba a la causa "knick" acabando un periplo por Dallas en el que sufrió una severa reconversión en su juego, de director de ceremonia a clarinetista escondido en la derecha. De líder en cancha a jugador de complemento. De controlador de balón a receptor en la esquina. De la pausa con el balón en las manos a la prisa por lanzarlo a canasta.
Carlisle, actual "head coach" de los Mavericks, no es muy amigo del base "sobón", y la prueba es que se ha ido cargando a los "playmakers" de tales características. El último en caer ha sido Rondo.
Y Calderón pensaba seguramente que en New York las cosas iban a cambiar. Lo han hecho sí, pero entrando en una dinámica perdedora que ha sumido al equipo en una indiferencia y una indolencia casi propia del manifiesto "tanking" de los Sixers. Hasta Carmelo Anthony se ha borrado de la temporada para curarse del todo de sus heridas de guerra ante tal despropósito.
Los promedios de Calde vistos sobre el papel no son malos del todo, con 9 puntos y casi 5 asistencias en 30 minutos de juego, aunque están muy lejos de los cerca de 9 pases de canasta de tiempos pretéritos. Se ha librado del traspaso por los pelos, ya que su nombre sonaba con insistencia ante una maniobra de los despachos de los Knicks por liberarse de espacio salarial con el que negociar en verano. Lo que pase entonces será interesante, y está por ver si vemos a Calderón enfundado en un nuevo uniforme en su penúltima aventura en la NBA.


martes, 27 de enero de 2015

La identidad de Pau y Marc


                                                         
Uno no deja de sorprenderse por la habilidad de este país para aplaudir a manos ardientes en el éxito de ciertas personas y para el escupitajo dialéctico cuando las cosas van mal dadas. Necesitamos un equilibrio entre ambas.Sin entrar en cuestiones políticas que tan al uso podrían venir ahora, mis palabras se refieren a un hecho histórico en el ámbito deportivo, la titularidad de los hermanos Gasol en el All Star Game de la NBA.
He dejado pasar unos días para que los primeros flashes se apaguen, las palabras en noticiarios se centren en el desayuno del Ronaldo o Messi de turno y que todo vuelva a la normalidad, con informaciones repletas de imágenes de futbolistas entrando y saliendo de sus lugares de trabajo en sus coches de alta gama sin bajar ventanillas, de rondos con señores sonrientes. Porque se trata de eso, que después de anunciar a bombo y platillo ese hecho histórico, el baloncesto pasa al plano oscuro en el que se le ha ido instalando ante la tremenda pasividad de unos pocos que mandan. Pero tranquilos, que el día que New York celebre el partido repetiremos estructuras y aplaudiremos con manos ardientes.
Mientras tanto, los Gasol siguen a lo suyo, haciendo sus números y permitiendo el crecimiento de sus equipos. Lejos de las encuestas que han ido saliendo en jornadas presentes preguntando por el mejor de los hermanos, que imagino les provocarán una risotada.
Sus perfiles son bien distintos. Pau accedió a la élite bien bisoño, y despuntó en la NBA obteniendo el galardón de "novato del año". Tras llevar a los Grizzlies al Playoff pasó un tiempo de horas bajas en lo colectivo asumiendo una condena basada en un cambio de su técnica de tiro y ajustes en su juego. Y los Lakers llamaron a su puerta para revertir una tendencia lánguida y añadir su nombre a la gloria del equipo angelino.
En el caso de Marc, tuvo que superar una colosal muralla interna antes de triunfar. Una muralla edificada por su impropia forma física primero, con una moral golpeada por entrenadores que le negaron minutos, y que fue derribando poco a poco hasta hacerse fiel a la dieta sana y a una puesta a punto física constante. Los resultados han ido apareciendo paulatinamente, mejorando sus prestaciones curso a curso, siendo referente dentro y fuera de la cancha de Memphis, el mismo lugar que vendía barbas postizas en honor a su valeroso líder, Pau Gasol. Ahora le rinden honores a su hermano pequeño. Les veremos juntos en la cancha del histórico Madison Square Garden en un salto inicial que hará Historia.

martes, 27 de noviembre de 2012

Brooklyn Nets, la nueva vía


Rebautizados en su denominación y trasladados en la práctica. Los Nets abandonaban un penoso pasado reciente en New Jersey para buscar la gloria en New York incrustándose en el populoso barrio de Brooklyn. Decisión tomada por el entonces dueño de la franquicia, Bruce Ratner, en base a una premisa empresarial y económica importante: Brooklyn ofrece un amplísimo nicho de mercado entre los aficionados, deseosos de contar con equipo de basket, siendo un producto más vendible que en la por muchos denostada ciudad vecina.
Desde que los Dodgers cambiaron Brooklyn por Los Angeles a finales de la década de los 50, ninguna atracción deportiva había captado el tiempo y atención de los cerca de tres millones de habitantes de este trozo de New York.
Se estrenan colores oscuros en la equipación y la moderna cancha, que sirven de escapate a un roster remozado a fuerza de talonario, donde la estrella europea Teletovic no encuentra un hueco por el que asomarse. Eso sí, se debe tener presente el horrendo inicio de campeonato de Mirza con porcentajes de tiro dignos del rookie más desnortado.
Anoche se produjo el choque de franquicias neoyorkinas, igualado como los buenos derbis, con final electrizante como los buenos vinos. Nets derrotaron a Knicks y se colocan en paralelo en el casillero de victorias/derrotas. Los del Madison pierden fuelle tras un comienzo de curso fulgurante y sus conciudadanos de más allá de Manhattan van de menos a más, con sus principales valuartes sanos y su quinteto estrella esperando a que termine de hacer efecto el pegamento.
El pívot Brook Lopez, veterano "Net" que va ascendiento desde los infiernos, vaticinaba una pelea por el título esta misma temporada. Es complicado jugar a visionario, teniendo en cuenta el nivel parejo de gran parte de los equipos este año, pero sí que podríamos incluir a Brooklyn como aspirante a comerse la tostada fría y tarde. La competición será larga, y entrarán en juego las lesiones, desajustes, desavenencias y problemas con entornos peligrosos. No sé si Lopez está en lo cierto, aunque es perfectamente plausible pensarlo observando a sus compañeros de vestuario. Es indiscutible eso sí, que se abre nueva vía en el futuro de la NBA, si se hacen bien las cosas en el Barclays Center.