sábado, 29 de noviembre de 2008

Renacimiento


Hace unos días me refería al catastrófico comienzo de los Spurs. Sigo pensando que la regeneración de la plantilla no ha sido la correcta, pero tras los nubarrones se divisa un poquito de luz. Con las lesiones de Parker y Ginóbili, el equipo se estaba sosteniendo básicamente en dos pilares personalizados en las figuras de Tim Duncan y George Mason. De Duncan ya está todo dicho, y con el viento a favor le llega con rendir a un nivel medio. El caso de Mason es el de un jugador que ha terminado de explotar y en el que además Popovich ha conseguido un aliado dinámico que hará jugar indistintamente de base o escolta.

Por detrás empiezan a asomar jugadores aparentemente de rango bajo como Hill o Tolliver, que se han aprovechado de las bajas para arrancar un puñado de valiosos minutos. En otra cancha su suerte no habría sido la misma, y hubieran tenido que hacer el petate rumbo a Turquía, Grecia o España o la liga de desarrollo NBDL.

Insisto en que los Spurs pueden haber perdido el autobus camino del título por el escaso movimiento en los despachos. El equipo adolece de un verdadero recambio para los puestos interiores, en los que el poco consistente Bonner aporta mucha fuerza pero poca destreza, y la profundidad del banquillo se me antoja corta para una temporada larga para unos jugadores veteranos. Oberto puede apagar todavía pequeños fuegos, pero sin la compañía adecuada los incendios a una escala superior asolarán el territorio texano.

Sin embargo no debemos olvidar que Popovich es un auténtico maestro a la hora de gestionar plantillas y de motivar en momentos de desarraigo emocional. El argentino Ginóbili ha agradecido el gesto de su entrenador, alejándole de toda presión para su vuelta, y seguro que Manu recompensará los desvelos del coach con alguna que otra actuación en pista espectacular.

La buena noticia para San Antonio es el regreso paulatino del argentino y del fundamental Tony Parker. Con ellos en plena forma y con la estimable ayuda de Mason y Hill, no será necesario que llamen por enésima vez al cuasi retirado Robert Horry.

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