lunes, 26 de octubre de 2009

Mientras el gigante duerme

Una pretemporada cargada de partidos ha tocado a su fin, y es el momento de la reflexión, de la tensión, de planchar el uniforme antes de iniciar una nueva aventura.
En algo más de veinte horas las luces de los pabellones se encenderán y las probaturas de estos meses darán paso a un torbellino de estadísticas y pronósticos. En días sucesivos intentaré ofrecer unas líneas de pensamiento sobre lo que será el devenir de este nuevo curso.

Solventadas con éxito las negociaciones con el gremio arbitral, en el horizonte está el complicado acuerdo con el sindicato de jugadores. La fecha de caducidad del actual convenio parece todavía lejana, pero el comienzo de la temporada 2010-2011 traerá muchas sorpresas. Los agentes libres más codiciados habrán firmado sus contratos y Lebron habrá desvelado su destino (¿Nueva York?), aunque todo ello rodeado de un clima de incertidumbre. Justo al término de esa temporada vence el actual convenio colectivo, y en ese tiempo se tendrá que haber alcanzado una "entente cordiale" que resuelva y ajuste los planteamientos contractuales de los jugadores.

La crisis hace mella en los ingresos publicitarios y la economía doméstica de los equipos se resiente y hace aguas en muchos casos, por lo que estará por ver cuál es la postura de las dos partes en este escenario.

Hay un temor latente ante el más que presumible cierre patronal. Hace 10 años se produjo un retraso de cuatro meses que adulteró la competición, y de esa experiencia negativa nacen los miedos a un posible bloqueo.

La situación de algunas franquicias es insostenible a día de hoy, mirando los propietarios de reojo a posibles compradores. Los jugadores son recelosos a una renuncia a los derechos adquiridos, mientras que los salarios han engordado y se han cuadruplicado en relación a las ganancias de los años 80. La negociación será complicada. Son divagaciones antes de que el gigante despierte.

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