jueves, 29 de octubre de 2009

Previsiones (Pacific)

Con la temporada recién comenzada y sin llegar todavía a la primera curva, es momento de sumarse a los distintos análisis sobre el devenir del curso 2009-2010. Siendo respetuosos con el campeón, empezamos con la Pacific Division.

Lakers: Defensores del título, aspirantes y grandes favoritos a engordar su palmarés. Cuando quieren todos, o cuando quiere Kobe, juegan de memoria. Pocos cambios, el más relevante la aparición del díscolo Artest en el lugar del aprovechable Ariza. Se gana en intensidad y se pierde en equilibrio en pista. Artest puede ser pieza clave en la segunda fase a la hora de arañar puntos en momentos de "caraja" colectiva. La pretemporada ha regalado un buen puñado de minutos al querido Mbenga, y no ha permitido la resurrección de Morrison. Se espera que Bynum sacuda su desasosiego con tintes adolescentes y sume cosas positivas al grupo. Pau dará el barniz a una mesa con pocas rozaduras.

Suns: Los de Phoenix no serán cómplices de la última temporada en activo de Shaquille O´Neal, y les vendrá muy bien. Sin Shaq podrán recuperar un juego más alegre y del gusto de Steve Nash. Grant Hill ha bebido de la fuente de la eterna juventud y se ha olvidado de las lesiones que lastraron su carrera. Stoudamire quiere ser el que era y ha trabajado para ello. Richardson y Barbosa forman una más que aceptable combinación exterior, y el esloveno Dragic aprende rápido de Nash. No harán sombra a los Lakers, pero mejorarán.

Clippers: Dependerán y mucho de lo que pueda hacer su flamante número 1 del draft. Se espera que Blake Griffin lidere al "hermano pobre" de Los Angeles y saque del sopor a la mermada hinchada del Staples pintado de rojo. Es un equipo descompensado en sus líneas, con mucha gente en la zona exterior y poco recurso en la pintura. Camby hace lo que puede y Kaman a veces tiene bastante con pisar la cancha. Si Griffin, Eric Gordon y Baron Davis conectan, subirán un peldaño.

Golden State: Asumen con resignación los Warriors su condición de perdedor. La rebeldía se ha apoderado de un vestuario francamente prometedor. Stephen Jackson se saltó la cadena de mando desquitándose a gusto en verano con peticiones de traspaso. La buena sintonía que había conseguido Don Nelson empezó a agrietarse cuando Monta Ellis mintió al eludir su resposabilidad en la lesión que le mantuvo fuera tanto tiempo. El futuro se supedita a la buena salud mental de los jugadores y a poder agarrar un número apreciable de victorias.

Sacramento: Nada nuevo bajo el Sol californiano. La derrota será el sino del equipo un año más. Si Westphal es capaz de controlar las ansias anotadoras de Tyreke Evans, Kevin Martin y Francisco García, quizá haya un poquito de luz al final del túnel. Sergio Rodríguez tiene ante sí la oportunidad de demostrar que es algo más que relleno de banquillo NBA. El estilo del entrenador encaja con el buen hacer del "Chacho", que algo habrá aprendido más allá de la espalda de McMillan. Nocioni debería tener muchos minutos y protagonismo en este equipo. Ojo al israelí Casspi.

lunes, 26 de octubre de 2009

Mientras el gigante duerme

Una pretemporada cargada de partidos ha tocado a su fin, y es el momento de la reflexión, de la tensión, de planchar el uniforme antes de iniciar una nueva aventura.
En algo más de veinte horas las luces de los pabellones se encenderán y las probaturas de estos meses darán paso a un torbellino de estadísticas y pronósticos. En días sucesivos intentaré ofrecer unas líneas de pensamiento sobre lo que será el devenir de este nuevo curso.

Solventadas con éxito las negociaciones con el gremio arbitral, en el horizonte está el complicado acuerdo con el sindicato de jugadores. La fecha de caducidad del actual convenio parece todavía lejana, pero el comienzo de la temporada 2010-2011 traerá muchas sorpresas. Los agentes libres más codiciados habrán firmado sus contratos y Lebron habrá desvelado su destino (¿Nueva York?), aunque todo ello rodeado de un clima de incertidumbre. Justo al término de esa temporada vence el actual convenio colectivo, y en ese tiempo se tendrá que haber alcanzado una "entente cordiale" que resuelva y ajuste los planteamientos contractuales de los jugadores.

La crisis hace mella en los ingresos publicitarios y la economía doméstica de los equipos se resiente y hace aguas en muchos casos, por lo que estará por ver cuál es la postura de las dos partes en este escenario.

Hay un temor latente ante el más que presumible cierre patronal. Hace 10 años se produjo un retraso de cuatro meses que adulteró la competición, y de esa experiencia negativa nacen los miedos a un posible bloqueo.

La situación de algunas franquicias es insostenible a día de hoy, mirando los propietarios de reojo a posibles compradores. Los jugadores son recelosos a una renuncia a los derechos adquiridos, mientras que los salarios han engordado y se han cuadruplicado en relación a las ganancias de los años 80. La negociación será complicada. Son divagaciones antes de que el gigante despierte.

sábado, 24 de octubre de 2009

El pulso

David Stern ha demostrado con el paso de los años que es algo más que un buen negociador. También ha hecho alarde el sempiterno gestor de la NBA de una frialdad a prueba de los peores augurios.
Los aficionados de la NBA que crecimos con su nombre siempre presente, nos dejamos de preguntar hace mucho la razón por la que este señor con apariencia de director de banco lleve tanto tiempo manejando los hilos en la liga. Las dudas que uno puede albergar en su interior se despejan en circunstancias como las actuales. En plena época de crisis galopante, que ha cercenado aspectos fundamentales del deporte, y que hecho prevalecer el marketing sobre todo lo demás, David Stern ha podido cuidar la imagen de la NBA en todo el mundo.

En este escenario se volvía a enfrentar a la enésima problemática seria. Los árbitros se plantaban hace meses reivindicando prebendas y mejoras vitales para poder seguir adelante. Pero el comisionado de la NBA no se puso nervioso. El movimiento de respuesta fue un auténtico contraataque. No sólo se garantizaba el comienzo de la liga en tiempo y forma sino que se sacaba de la manga a un puñado de árbitros para hacer frente a la temporada si no se llegaba a un acuerdo con el colectivo. Todo un golpe de efecto.

Acostumbrado Stern a manejarse con agentes avariciosos, estrellas caprichosas y buscadores de migajas, siempre ha limpiado la casa y recogido la basura en silencio. Los vecinos cotillas nunca han sido de capaces de saciar su ansia de saber cómo el menudo abogado convertido en rey del baloncesto lograba efectuar esas operaciones discretamente.

En pleno proceso de negociación colectiva en España, con un gran número de convenios en pañales y sin acuerdo, es bueno tener presente que los conflictos se resuelven. Sólo hay que tener un buen negociador y un talante abierto.

Se espera que los árbitros vuelvan a las canchas ya el martes. Stern agradecía el trabajo de sus sustitutos y espera que formen parte del proyecto futuro de la liga. Todos contentos.
Y David Stern ganó una vez más el pulso.

sábado, 17 de octubre de 2009

La vida puede ser maravillosa

Hoy los amantes del baloncesto guardamos un luto especial en memoria de alguien que supo transmitir a su manera la intensidad de un deporte cruelmente atacado a nivel mediático en nuestro país.

Andrés Montes apareció en mi vida una buena tarde hace muchos años en una retransmisión de un, si no me equivoco, Partizán de Belgrado-Real Madrid. En la extinta Antena 3 Radio descubrí a un narrador peculiar trazando líneas argumentales inimaginables de lo que sucedía sobre la cancha del entonces equipo yugoslavo. Del mismo modo logró Montes echarle esa pizca de sal a sus intervenciones en la COPE.

El seguimiento televisivo de la NBA en España se ahogaba en sus carencias. Atrás quedaban los "refritos" aderezados por los también irrepetibles comentarios de Ramón Trecet. Con la compra de los derechos por parte de Canal +, las madrugadas pasaron a convertirse en espejo cómplice de todo lo que pasaba en la gran liga. Acertada la decisión de ofrecer partidos NBA con una periodicidad más que adecuada, y acertada la elección de los protagonistas de la puesta en escena.

No hay nada mejor que satisfacer almas voraces de información fiel y fresca sobre el basket que contar con gente preparada y dispuesta. Antoni Daimiel ponía la cordura, el saber enciclopédico, y la salsa al picante. Andrés Montes era el encargado de mezclar ese picante, de la narración poco académica pero efectiva, de los motes imposibles y del entretenimiento.

El estilo de Montes sumó detractores pero también un incontable número de apoyos. La demostración del éxito de la fórmula fue el empuje que las retransmisiones de la pareja supusieron para la NBA en un territorio con una nula oferta de baloncesto nocturna. Canal + todavía se intenta recuperar del duro golpe que supuso el desmembramiento del dúo Montes-Daimiel.

En la Sexta, Andrés repitió el guión narrativo. La diferencia con respecto a lo ya conocido, a lo clásico, chocó con un mundo, el del fútbol, corrompido por la herencia de un pasado con esquemas cuadriculados. Y aquí es donde encajó Montes, con sus incorrecciones, con su despiste intencionado y el mejor de los humores para sacar del abatimiento y el aburrimiento las tardes y noches de fútbol.

Nos quedamos sin saber qué ocurrió en aquel verano, Daimiel. Descanse en paz.

sábado, 10 de octubre de 2009

Nivel irreal

No hay nada mejor que ver las cosas desde la lejanía. Apartado de la urbe la reflexión se hace calmada y relajada. A la vuelta a las zanjas, el cemento, la tierra seca y las obras inconclusas pre-olímpicas uno se encuentra con que el Real Madrid no ha podido con los Jazz de Utah. Tampoco sorprende demasiado. La previa apuntaba a una indeterminación en el resultado final, a la posibilidad de que el equipo español acariciase el cogote de los "mormones". Nada más lejos de la realidad. La lógica se impone y en una nueva ocasión hablamos de niveles diferentes. Aunque aquí podríamos tener en cuenta varios factores que sirven para explicar lo sucedido.

A pesar de estar justo en el inicio de su temporada, el Real Madrid todavía tiene por delante mucho trabajo para ajustar una plantilla remozada casi hasta el extremo por obra y gracia de Antonio Maceiras.
Ettore Messina debe aclarar el rol de determinados jugadores, decidir el sobrante de la rotación (la situación de Hervelle, ídolo de la afición, preocupa), y aplicar su brillante concepto de juego a un equipo acostumbrado a llevar otro ritmo.

El incombustible Jerry Sloan dijo al término del partido que al Madrid "le faltó altura para competir". Una verdad irrenunciable, ya que no se contó con el concurso fundamental de Felipe Reyes y del belga Van der Spiegel. Con la participación de los dos, sobre todo de Felipe, quizá estaríamos ante otro resultado.

Sloan reconocía la debilidad de su rival en la pintura. El coach de los Jazz sabe muy bien de lo que habla, ya que él mismo ha tenido que lidiar en su carrera con plantillas flojas de nivel y recursos en esa zona, sacando petróleo de jugadores como Ostertag.

Otro elemento a tener en cuenta es el hecho de que los chicos de Sloan juegan de memoria. Los cambios no son significativos de una temporada a otra, y salvo alguna incorporación y pequeños movimientos puntuales, los esquemas son los mismos.

Ni los tiempos ni las preparaciones son equiparables. Con las plantillas al completo y a mitad de temporada se igualaría todo.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Al redil knickerbocker


Nada de nada. Los políticos mundiales reunidos en Pittsburgh para no se sabe muy bien qué, se podrían haber alimentado de las sobras resultantes del engorde mediático concedido tanto a Nate Robinson como David Lee.

Se ha hablado estos meses de traspasos rocambolescos, de estrategias de márketing, de búsqueda de oro cerca del Olimpo griego y de retorcidas maniobras de encaje contractual. Mucha palabrería, mucha tinta, demasiadas declaraciones vacías y ninguna realidad. La especulación es el principal arma para la inquietud y el desasosiego estival. Ni Lee termina en cualquier equipo con ambiciones ni Robinson jugará en Grecia. Las maletas, el perro y la mecedora se quedan en casa. Johnny el de la mudanza de muebles no movilizará a su tropa y los aficionados de los Knicks oxigenarán sus pulmones con las renovaciones de dos de sus predilectos. O no.

Nadie es imprescindible, y menos en el equipo de D´Antoni. Hace un año se anunciaba la llegada de Chris Duhon como la pieza angular de un conjunto que correría hasta la extenuación. Hoy el ex base "bull" no es el ojo derecho (ni el izquierdo) de su entrenador. Se ha rebuscado con microscopio en el mercado de "playmakers" a la caza de alguien medianamente potable para un proyecto que sólo se sostiene si Lebron decide unirse la próxima temporada.
Ni que decir queda que Robinson siempre ha sido suplente, bueno, pero saliendo del banquillo. Brilló en el concurso de mates y su presencia es reclamada casi más por morbo que por brillantez deportiva.

David Lee. Jugador interior con el corte guerrero y enérgico de los blancos que se atreven a pelearse debajo de los aros con los mocetones de porte roqueño que pueblan la NBA. Para sobrevivir ahí uno tiene que ser muy duro, y este chico lo es. Si a ésto le añadimos una pizca de clase, estamos ante un tipo con muchas posibilidades. Lee es comprometido y dio su palabra a Walsh de que podía contar con él. El GM con gran pena se vio abocado a sondear el mercado en aras de liberar espacio contractual para Lebron aprovechando el tirón del joven pívot. Se encontraría hueco para "King" James mediante un intercambio con veteranos con contratos a punto de extinguirse. Estrategia cruel pero con miras a un futuro presuntamente esperanzador.

No sabemos si ha habido marcha atrás en las pretensiones de Walsh o una imposibilidad de cerrar operaciones, pero el caso es que vuelven los dos.
Habrá movimientos esta temporada, algunos a la desesperada, para ser una buena "novia" para los grandes agentes libres del verano de 2010. Impacientes estamos.

lunes, 21 de septiembre de 2009

La ÑBA (II)

Hay un trasfondo muy interesante en la victoria de la selección española en el Eurobasket. Se consiguió revertir una imagen triste, sin color ni objetivo claro del arranque del torneo. No es fácil modificar una dinámica perdedora en tan poco margen de tiempo, y España lo logró de repente, casi sin darse uno cuenta.

Aquí entran en juego varios factores. Pau no estaba ni al veinticinco por ciento al comienzo, y en un equipo con necesidad imperiosa de una punta de lanza eso se notó. Cuando el mayor de los Gasol consiguió aumentar el rendimiento, sus compañeros al fin respiraron.
Juan Carlos Navarro fue fiel a su tradicional crecimiento paulatino, y brilló de manera espectacular en los cruces. Se esperaba a "La Bomba" y llegó.
En los puestos interiores se contó con la ayuda de Felipe, Marc, Garbajosa y Mumbrú, estos dos últimos claves en sus lanzamientos lejanos. Mumbrú no alimentó las voces que cuestionaban su valía para estar en Polonia. Hasta ahora sigue encajando en un conjunto que con el viento a favor se compenetra como pocos.

Los bases de este equipo habían sido un auténtico lastre, con nula participación en el ataque, escasa consistencia en las transiciones ofensivas y endeblez defensiva. Es este último aspecto es la gran clave de este asunto.

La defensa. Los buenos equipos se construyen desde ahí. Cuando un equipo es fuerte atrás, en esa línea defensiva, la construcción de la ofensiva siempre es más fácil y aporta mayores ventajas. De nada sirve que tu equipo anote con rapidez si se le conceden al rival las mismas oportunidades. En el recuerdo tenemos a los fabulosos Nuggets de Doug Moe en los tiernos años 80. Moe estableció un sistema inspirado únicamente en el ataque, con la idea de buscar continuamente la canasta. El resultado fueron marcadores abultados, una gozada para el espectador y ningún título ni logro importante a nivel clasificatorio. Paul Westhead intentó repetir a principios de los 90 también en Denver la fórmula de Moe sin éxito.

Scariolo generó mucha inquietud en el aficionado y entre sus propios jugadores con constantes cambios de planteamiento, con multitud de modificaciones tácticas que desconcertaban a todos. La mala forma de jugadores clave y las dudas originaron un caldo de cultivo propicio para el fracaso, pero algo trastocó el devenir incierto del equipo. Una jugada, una mala lectura de los últimos segundos de un partido, los reproches aireados, el malestar hecho público. Fue el inicio de la reacción.

Los españoles, grandes amigos en muchos casos, decidieron purgar sus malos pensamientos en privado, haciendo de la crítica algo positivo y lo más crucial, haciendo equipo. Se volvió a creer en el compañero, Pau hizo patente su clase y liderazgo, Ricky despertó de su letargo y empacho mediático, los chicos se aplicaron en tareas defensivas y se levantó el telón. Nadie, sólo el Dream Team y con ayudas, en capaz de vencer a la ÑBA a este nivel. Y que dure.