lunes, 29 de octubre de 2012

El líder que nunca lo fue


Mucho se debate en las últimas horas acerca del gran traspaso que ha echado algo de picante en la previa del arranque de la nueva temporada NBA. El sexto hombre de los aspirantes a todo, Oklahoma City Thunder, deja la franquicia que le vio crecer como jugador profesional en busca de una cuenta corriente más abultada. A primera vista puede parecer así, ya que los renovadísimos Rockets poco pueden ofrecer en el aspecto competitivo en relación a un equipo con trazas de ganador.

James Harden entra dentro del espectro de jugadores de nivel superior de la liga, pero su rendimiento en el momento más caliente de la temporada pasada hizo saltar una pequeña alarma. Anotador infatigable saliendo del banquillo, asumió un rol como falso sexto hombre al estilo de Jason Terry en los Mavericks, con un buen puñado de minutos por partido.
En Oklahoma estaban a la espera de tomar decisiones sobre un gran problema: la suma de egos y de contratos altos. Complicado mantener en el mismo roster por mucho tiempo a Durant, Westbrook, Harden e Ibaka. Contratos que pesan junto al de Perkins. Elección complicada que marcaría el devenir de un equipo que ido madurando en lo exquisito hasta convertirse en contendiente al título. Y le ha tocado a Harden. Más bien porque él no estaba dispuesto a aceptar el cheque ofrecido por el GM Sam Presti. Creía merecer más y en otro lugar más cálido se lo pondrán con pluma negra.
Esto es así. Si los números no cuadran, se deshacen alianzas.

Una jugada interesante no obstante al medio plazo. Acompañan a Kevin Martin desde Houston dos primeras rondas y otro jugador de perímetro que tiene que demostrar sus prestaciones como Jeremy Lamb. Con Harden viajan a Texas un pívot recuperado para la competición como Aldrich, el poco utilizado Hayward y un respetable Daequan Cook.
En el análisis no se puede obviar la otra parte. Martin fue el principal foco del ataque durante varias temporadas en Sacramento primero y en Houston después. Campañas con excelso promedio anotador pero con escasa eficacia de cara a la clasificación. En ninguna temporada sus equipos lograron alcanzar los playoff. Sostiene una más que aceptable hoja de servicios, con progresos anotadores evidentes. Lo que debe demostrar es que puede acoplarse como pieza de ajuste siendo tercera o cuarta mano, y si está dispuesto a ceder galones sin contemplaciones.
A Harden le aguarda el adormecido efecto Linsanity, con una complicada pretemporada, muchas sombras y poca claridad en el hasta hace poco elemento de discordia en NY. Peleará con Lin por el liderazgo en Houston. Lejos del abrazo de Durant y Westbrook, Harden cuenta ya con un espacio abierto en el que recrearse. Lo de Lin está por aclarar. La capacidad de mando es una faceta por descubrir, y elemento clave para dar por válida la apuesta de los Rockets.
Harden y Martin nunca fueron líderes. Los dos por motivos distintos. Uno podrá serlo. El otro ya no.

martes, 23 de octubre de 2012

El ajuste de los Lakers


A 22 de octubre hay muchas piezas en la maquinaria "laker" que deben ser revisadas y puestas a punto. Cierto que la baja de Dwight Howard ha mermado las opciones de preparación en estas semanas, pero la evidencia mostraba un mayor dominio del roster. Al menos a priori.
Todavía está por ver el grado de madurez mental de Kobe para relajar su instinto asesino, tan favorecedor como desesperante por momentos. Un instinto que debe ser modulado por Nash, acostumbrado a bregar en peores circunstancias, con muñecas de peor eficacia. Su hoja de servicios habla por sí sola, y su experiencia da algún que otro sopapo a los críticos.
Un equipo que cuenta con un quinteto envidiable, y con Jamison saliendo del banquillo no es candidato a ser sospechoso. La oscuridad en todo caso puede ir cubriendo a Mike Brown tal y como le sucedión a Spoelstra a los mandos del Lebron-Wade-Bosh team. Es aquí donde la gestión del vestuario cobra la mayor importancia, y donde Brown se jugará gran parte de su prestigio. Los roles y los egos pueden sufrir unas buenas sacudidas, y pocos creo que están dispuestos a convertirse en e objetivo de las lupas, menos a su edad. Ni Kobe, ni Pau, ni Nash, ni tampoco Howard. Pero todos querrán su trocito de un pastel goloso.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Reapertura de sesión

Un nuevo color, un nuevo comienzo. Los Nets cruzan la orilla del Hudson para establecerse en la poblada área de Brooklyn en busca de un vigor que su generoso propietario está dispuesto a darles. Al menos este verano no le ha temblado el pulso al autorizar un vaciado de cuentas para hacer de su quinteto titular una colección de envidiados en la liga. La presentación del pabellón de la reconvertida franquicia generó gran expectación, del mismo modo que la ansiada fotografía de los uniformes de los chicos de Prokhorov. Con unas expectativas altas, se presume que pelearán por algo más que amasar victorias. Lo del título como alguna se apresura a apuntar, creo que queda algo lejos, de momento.
La temporada de los Brooklyn Nets será uno de los atractivos de la temporada, pero dista mucho de alcanzar las cotas de pasión mediática de los Lakers, aspirantes a todo. Su peor enemigo serán ellos mismos, como sucedió con los Heat de Lebron, Wade y Bosh. Sólo su vértigo interno evitará que logren el campeonato. Nash tendrá que hacer valer su sabiduría en cancha y los galones gastados en temporadas de ensueño para canalizar todo el potencial ofensivo y los egos que cruzarán la cancha. El equilibrio que Mike Brown deberá encontrar se puede reducir a una palabra: solidaridad.
En análisis posteriores iremos viendo la configuración de los equipos y sus posibilidades. Que sirva para abrir boca...

sábado, 5 de noviembre de 2011

Los disidentes



Señores, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que pude dirigir mis pensamientos a este blog. El 4 de julio el lockout era una realidad, y el 5 de noviembre lo sigue siendo. Pero hay diferencias.


Demostrado queda que la unión hace la fuerza, y que la dilatación desmedida de un proceso de negociación colectivo puede provocar discrepancias en el seno de una de las partes. En eso estamos.


Los propietarios no ceden ni un ápice y sus pretensiones se mantienen firmes. Salarios desorbitados y costes difíciles de asumir suponen una complicada gestión del futuro de sus franquicias. El basket mantiene el interés del aficionado, pero los errores del pasado son golpes de maza en el presente, y la viabilidad de proyectos se tambalea. Nadie puede cuestionarle a un jugador de medio pelo que haya firmado un contrato que ni en tres vidas hubiera soñado. ¿Quién es el culpable?

Propietarios pintorescos, algún que otro general manager ambicioso, o gestores muy mal asesorados. Ya lo dijo Rashard Lewis. No fue él quien puso el cheque encima de la mesa.


Desde la pista, los jugadores piden que se reconozca en números en el banco su aportación al negocio lucrativo. Si son ellos los que hacen girar la rueda, su esfuerzo debe tener recompensa, como hasta ahora. Mayor beneficio en el reparto del BRI, esos ingresos relacionados con el baloncesto que pueden ser superiores a los cien millones de dólares.


La patronal quiere equilibrar las cosas para disponer así de un puñado de millones con los que evitar que el suelo tiemble a sus pies. Son los culpables en gran medida, e inevitablemente son los garantes de que haya una rueda que gire. Las responsabilidades deberían estudiarse seriamente.


Negociación dura durante meses y unidad que se rompe. Jugadores con peso en la liga empiezan a dudar de sus representantes y abogan por un mal acuerdo en lugar de una situación enquistada y de permanencia sine die de contratos suspendidos. La letra de la mansión no se paga sola.


Mientras tanto los equipos europeos se frotan las manos. Dígale usted por ejemplo a Maccabi que Farmar se tiene que volver. Ese plus es de difícil sustitución, y eso que no es una de las grandes estrellas.

Stern se ve obligado a seguir retrasando el inicio de la temporada, pero si el grupo de disidentes crece, como parece que sucederá, el final del lockout está muy cerca.

lunes, 4 de julio de 2011

Lo que hay tras el "lockout"

Es el tiempo de contar mentiras, medias verdades, verdades interesadas y de guardar silencio prudente. Es el tiempo en el que se gestiona en la sombra la futura temporada de la NBA.



Una vez que se ha anunciado que no existe acuerdo entre patronal y sindicatos, cada uno adopta el papel asignado.


Los propietarios, ya sea en lenguaje propio o por medio de sus portavoces, tratan de demonizar al sindicato que dicen no piensa en el conjunto del negocio, que se va a pique con pérdidas que son tan peligrosas como insostenibles para una empresa no sometida a este particular "show-business".



También se han apresurado desde los despachos a hacer desaparecer referencias en sus webs oficiales a los jugadores, sustituyendo las bondadosas noticias con fotomontaje de sus estrellas por otras en las que aparecen los que normalmente no tienen hueco. Es el momento para el fichaje del cuarto asistente del entrenador o del encargado de apilar los folios en las oficinas centrales. Nada de Lebron, Kobe, Wade o Gasol. No interesa conceder una imagen al que está al otro lado de la negociación.



Los jugadores por su parte responden a las cuestiones que les plantean sobre su futuro. Casi todos aceptarían jugar en Europa en el caso de que el cierre sea definitivo. Palabras al aire quizás, porque las derivaciones de esta decisiones están plagadas de caminos angostos.


Estamos hablando de sueldos impensables para un club europeo en este momento. Los mecenas griegos han abandonado la mesa en pleno banquete y es posible que no haya camareros para servir lo que queda de comida. Tampoco es seguro que haya algo que servir dadas las circunstancias económicas de aquel país.


Queda el recurso de algún poderoso club turco, que puede hipotecar varias temporadas para darse el gustazo de contar con una superestrella unos meses.



Vale, aceptamos que habría bajada significativa de sueldo. No creo que haya nadie capaz de pagarle 13 millones a Pau por unos meses de competición. Entonces discutimos el tema del seguro, tan costoso como el presupuesto completo de un equipo. ¿Compensa realmente? Habría que estudiarlo muy seriamente.



Luego está el interés del jugador. ¿Hasta qué punto sería capaz de arriesgarse a sufrir una lesión que ponga en peligro su futura actividad en la NBA? Es plausible su interés por mantenerse activo, pero uno se tiene que preguntar por este tipo de riesgo. Calderón ha tenido problemas con las lesiones en los últimos años. De venir a Europa no jugaría a medio gas, y si recae en alguna de sus dolencias lo pagaría muy caro.



No hemos entrado en asuntos contractuales. Se habla de firmar contratos temporales que se disolverían en el momento de reanudarse la temporada. La intención de la mayoría pasa por esperar a que se anuncie el cierre definitivo para ser libres de firmar con quien quieran y como quieran. En ese caso el jugador sería el que tendría que poner más de su parte, perdiendo muchísimo dinero y adoptando el riesgo. Damos por hecho que los equipos (como los bancos que conceden créditos) habrían meditado los pros y los contras del sueldo de su jugador estelar. Contaríamos con más letra pequeña que grande para leer en los contratos.



Como se puede ver, hay más luces que sombras.

lunes, 27 de junio de 2011

El desierto de los Raptors

Una dura travesía con escaso refrigerio y una mirada lejana al Oasis. Eso le espera esta temporada a los Raptors. Los movimientos del renovado Colangelo en la antesala y la noche del draft han sido tan poco vistosos como un helado en la Antártida.


En las oficinas de Toronto se fraguó en los días previos una estrategia que pasa por la búsqueda del refuerzo de la confianza en el progreso de los jóvenes, concediendo una vez más a Bargnani el mayor número de los lanzamientos. El italiano no tendrá nuevo amigo en posiciones interiores, entendiendo que el lituano Valanciunas no se desvinculará del Lietuvos hasta la temporada que viene. Y eso quiere decir que la fortaleza interior de los Raptors estará supeditada al posible paso al frente de Ed Davis y Amir Johnson. Que nadie espere que a Bargnani le entre el gusanillo de pelearse bajo el aro. Y que tampoco nadie espere temporadas "allstar" ni de Davis ni de Johnson.


Con Kleiza lesionado hasta bien entrada la temporada, la búsqueda de espacio para DeRozan, Weems y Weems también será crucial. Barbosa tendría que sentirse imporante en el equipo para ser la referencia auténtica saliendo del banquillo.


Calderón será líder fuera y dentro de la cancha, y sus pases serán algo más que ayudas para conseguir canastas. El extremeño en cierta manera se juega el mantener una posición de privilegio. Su contrato no admite dudas, pero sus piernas deben responder en esta temporada exigente de cara a los muchos observadores que tiene. No sobran bases de calidad en la liga, y aunque este draft esté plagado de "playmakers", no todos llegarán a salir del cascarón. Ahí es donde pueden asomar Jose y sus habilidades.


No se podrá hablar de playoff ni de lejos, y estaremos ante una nueva temporada de transición, recuperación de sensaciones y de progresión a la espera de que la pintura se llene el próximo curso.

El año II sin Bosh será duro. Puede que la perspectiva obligue a mover ficha en las próximas semanas.

jueves, 23 de junio de 2011

Laso el rescatador

Fue jugador de extensa trayectoria y con una carrera al alza como entrenador. Sus pasos desde el banquillo han sido cortos y efectivos. Poco a poco ha ampliado su aprendizaje en equipos de menor entidad hasta que el Real Madrid ha puesto sus ojos en él.


En Pablo Laso se ven cualidades idóneas para el proyecto de regeneración que se pretende, y pesa mucho el hecho de que haya sido jugador de la casa. Un valor que se pierde como el agua por el desagüe. Muchos han querido ver en el desarraigo de las aficiones, de los que juegan, de los que entrenan, un punto discordante y clave del progreso de los clubes. Hoy aquí y mañana allá. Hoy te pongo y mañana te quito. Hoy eres estrella y mañana estrellado.


El mercado globalizado admite movimientos hasta el extremo, y en escasas ocasiones podemos hablar por ejemplo de récords individuales en el mismo equipo. Laso parece que viene para convertirse en elemento de cohesión y vertebración de una unidad al servicio de la sección de basket, castigada en los últimos tiempos por una gestión sin rumbo definido.

Sorprende eso sí que Laso aparentemente haya pedido la continuidad de Velickovic, condenado al ostracismo más absoluto en su etapa más reciente en el club blanco.


Se pide carácter y eso le sobra a Laso. El problema viene con la repercusión que tiene cada pequeña decisión que toma cualquier entrenador del Real Madrid. El escenario es tan grande, que incluso lo que pasa entre bambalinas no lo puede tapar el telón. El entrenador del Real Madrid pasa a ser algo más. Es conversación de tertulias, corriente de opinión, objeto de crítica voraz. Sus decisiones son talladas en piedra y expuestas en la gran plaza pública.


Se enfrenta Laso a un "presupuesto de guerra". Se quiere mantener el status de equipo aspirante a todo con menos dinero, aunque me cuesta creer que se deje escapar a algún que otro jugador con cartel. A la hinchada ya no le vale. Se ha perdido mucho tiempo y se ha fichado mal. Las extrañas maniobras como la de Garbajosa también le escuecen al que se sienta en la grada.