La lesión de José Manuel Calderón ha hecho saltar las alarmas en Toronto. Con su arranque espectacular, el español había recibido todo tipo de parabienes por parte de una crítica estadounidense que ya la temporada pasada comenzó a ver en José a un prospecto digno de all-star. De momento el Fin de Semana de las Estrellas queda lejos, aunque personalmente me alegro mucho de ver tan pronto a Calderón en las quinielas de cara a esa soñada cita. Todo el mundo quiere estar allí. Bueno todos no, Rasheed Wallace dejó patente el año pasado su disgusto por haber sido seleccionado. En lugar de pasar unos días de asueto casero con su familia, tuvo que compartir un poco de sudor envuelto en una parafernalia que aborrece. Así es la NBA, chico. Recibes un buen cheque a final de mes y se espera que respondas a las expectativas deportivas y mediáticas que el gran circo genera.
Lo que está claro es que nos vamos a divertir mucho en los próximos meses con las campañas en favor de ciertos jugadores, que con mayor o menor merecimiento pedirán su inclusión en el plantel. En el "Rookie Challenge" estarán, salvo causa de fuerza mayor, Rudy Fernández y Marc Gasol. Sus actuaciones no están pasando desapercibidas, y con pocos partidos de competición ya han obtenido más de un sobresaliente en su expediente.
No me olvido de Pau. La dinámica ganadora y ascendente de los Lakers redunda en el aumento de sus posibilidades. Ya ha sido all-star, y eso es un factor a tomar en consideración.
Volviendo a José, lo primero es la recuperación de la lesión. Cuenta con la ventaja de que su equipo le necesita más de que al coach Mitchell le gustaría. El recambio es tan atípico como pintoresco: un escolta con cuerpo de base y un prometedor europeo que ha pasado sin pena ni gloria por Barcelona y Roma. Willie Solomon es de esos jugadores que miran el aro antes de buscar una jugada elaborada. Eso funciona en Tel-Aviv, pero en Toronto hay que ofrecer un poquito más, teniendo en cuenta que no se le va a permitir desenfundar demasiado.
La readaptación de estrella a jugador de equipo es complicada. Charlie Bell pasaba por ser conocido en su país como un excelente defensor. Un brillante trabajo anotador en Lugo le proporcionó la oportunidad de volver a su país. Se hizo con un hueco en Milwaukee y ya no tendrá que preocuparse de buscarse las habichuelas en Europa. Solomon debe aferrarse a esta oportunidad como hizo en su momento también Darrell Armstrong, que maravilló en Orense antes de hacerse con un nombre en la NBA.
La obligación del croata Ukic es entrenar mucho, ganar músculo y ver desde el banquillo cómo se juega a ésto. No obstante, la privilegiada posición de Calderón es un arma de doble filo, ya que su descanso será medido, y la carga de partidos puede hacer mella en el coloso extremeño. Sin competencia y con un juego en el que ya es artista principal puede ganarse por derecho propio su billete a Phoenix.