miércoles, 15 de julio de 2009

Mercado de verano

Este momento de la post-temporada me resulta apasionante. Para muchos la mezcla de calor, informaciones difusas, rumores y divagaciones varias les puede llevar a un estado de ánimo más bien plomizo, pero yo siempre he apostado en los meses de julio y agosto por la encrucijada mental, las combinaciones imposibles en los traspasos y el seguimiento del mercado de agentes libres.
Uno siempre juega a ser general manager y no entrenador. Es más fácil convertirse en gestor en la sombra que actualizar esquemas de juego y poner en práctica la limitación de lucha de egos en la cancha.
En otro tiempo la llegada de Shaq a los Cavaliers habría supuesto un golpe de efecto digno de llenar por sí solo una semana informativa. Lejos de dudar en la capacidad actual de O´Neal para rasurar el empuje interior de los rivales, se debe tener en cuenta la limitación física que padece desde hace años. Buen fichaje antes de la presumible salida de Lebron al término de este curso.

Las negociaciones tienen a veces resultados inesperados. Cuando todo el mundo daba por hecha la renovación de Odom, los Lakers y el propio jugador se desmarcan de la fructífera vinculación. Lamar quiere más dinero, Mitch Kupchak sube la oferta angelina y no hay respuesta de la otra parte. A la puerta de Odom se agolpan los pretendientes, juntos y revueltos. La suma de intereses perjudica la firma de un contrato que se ajusta a las necesidades presentes de un defensor del título. Veremos al alero con otra camiseta, y los Lakers buscarán a otro jugador en el mercado. Pocos llorarán por ahora.

Allen Iverson se resiste al retiro dorado. Quiere seguir en la brecha un poco más, hasta que alguien le obligue a salir corriendo para no volver. Es loable su renuncia a asaltar la banca del equipo que le contrate, pero es consciente del papel al que la edad, las lesiones y su estado mental le han relegado. El desastre de temporada de los Pistons todavía resquema en Michigan.

El asunto Ricky navega a la deriva en una posición de stand-by que tiene visos de reactivarse en el largo plazo. Ya no hay prisas. Rubio jugará la próxima temporada al máximo nivel. Habrá que aclarar si las lecturas de juego las hará en inglés, una posibilidad que no se ha disuelto todavía. El agente de Ricky hace carantoñas a cualquier equipo de la élite dispuesto a soltar un pastón por el chaval.

Mientras tanto, vemos a un poderoso Griffin asombrando a todos en sus primeros pasos como profesional, y comprobamos lo angustiosa que le resulta a Boozer su situación. Habrá novedades.

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