domingo, 9 de enero de 2011

El italiano indolente

Una apuesta arriesgada y una realidad rozando lo decepcionante. El ceño fruncido fue la tónica general en el draft del año 2006. Un esbelto chico con informes excelentes nacido en la lejana Italia era seleccionado en el número 1.
Pronto empezaron a salir las voces discordantes, que apuntaban a pasados fracasos sonados en las elecciones en puestos de cabecera, sobre todo en jugadores por encima de los dos metros de altura.

Con unas expectativas grandes Andrea Bargnani dejó la Benetton, en la que había demostrado versatilidad y eficacia para ver aro, comenzó su andadura en unos Raptors en construcción.

La duda siempre surgió por la poca fuerza que imprimía en sus acciones bajo canasta. De hecho se había caracterizado en la Lega por un juego de alero a pesar de sus 2.13.
Si había funcionado el experimento Pau Gasol, y si en alemán Nowitzki ya era un top-10 de la liga, Bargnani podría pasar de prospecto interesante a jugador franquicia. Sin embargo, su debilidad para pelear como "cinco" se puso de manifiesto muy pronto, y Toronto tuvo que reforzar esa posición con tipos más fornidos al tiempo que Bosh se esforzaba por arrancar puntos en la pintura.

Sus porcentajes de anotación han ido mejorando año a año, e incluso figuró en algunas quinielas el curso pasado como aspirante a jugar el all-star. El que escribe siempre consideró el potencial del italiano digno de esa distinción, siempre que superase su alergia a bregar cerca de la red y no sólo utilizase la zona para girarse y tirar de tres o cuatro metros, o para fintar y anotar apoyándose en el tablero. Para ser un pívot con rango de jugador franquicia hace falta algo más que anotar. Se debe incluir el rebote en el repertorio, tal y como hizo Pau hace años. Recuerdo al joven Kukoc que llegó a la NBA con delgadez casi extrema, y al que tratamientos rápidos que no entro a valorar hicieron de él un tipo capaz de jugar también con garantías en la pintura.

Bargnani tiene un dribbling demoledor, buena prestancia en el juego de pies y cierta irregularidad en el tiro, lo que hace que necesite más de una decena de tiros para convertir cuatro de ellos, casi siempre no muy lejos de canasta. Añade a su repertorio un lanzamiento de tres más que aceptable, aunque sigue adoleciendo de una ternura descorazonadora a la hora de proteger el rebote. Si mejorase esa faceta estaríamos hablando de un jugador completo y un arma terrible para su equipo.

Lamentablemente y a pesar de ser el primer anotador de Toronto, el mayor protagonismo que la marcha de Bosh le ha concedido engrandece su escaso bagaje en el apartado reboteador e intimidatorio, no llegando ni siquiera al tapón por partido.

Imagino que los Raptors estarán siendo de las franquicias más activas en estos momentos previos al "trade deadline", con poquita cosa que ofrecer pero mucho que buscar en el mercado. Ya se han deshecho los de Colangelo de Jarret Jack, y pensándolo bien, las mayores opciones de traspaso incluyen a Calderón. Lo niegan, pero seguramente el extremeño tendrá que ir en el paquete del traspaso principal que se avecina en el equipo canadiense.

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