viernes, 26 de febrero de 2010

Fracaso del draft

Es un tipo muy alto en horas bajas. No es posible entrar en la cabeza de Hasheem Thabeet, pero seguro que tampoco estará viendo en la asignación a un equipo de la liga de desarrollo, la NBDL, la oportunidad de su vida.

Frecuentemente se habla de los "grandes robos" del draft, de fracasos y de aciertos, y en este caso de momento por lo menos apuramos el término "inquietud". Inquietud porque no se puede prejuzgar una carrera que acaba de comenzar, y porque no todos los jugadores tienen un impacto inmediato en la NBA.
Hace unos meses nadie dudaba de que el pívot tanzano iba a entrar dentro de las cinco primeras elecciones. De hecho a medida que se acercaba la cita del draft su valor iba subiendo enteros.
El scouting general otorgaba a Thabeet unas excelentes credenciales como defensor, siendo una auténtica referencia como intimidador y taponador. Suficiente quizá como prospecto de futuro, como muchos le veian, pero que no basta para saciar la sed de inmediatez en el éxito que prima en la NBA. No es habitual que se concedan demasiados meses de aprendizaje, y se espera que una elección tan alta ofrezca resultados tan pronto cuando se calza las zapatillas.

La previsión inicial de los Grizzlies era la de hacerle un hueco junto a Gasol, e incluso la de robarle muchos minutos a Marc. Ya en las ligas de verano se demostró que el tanzano estaba muy verde, así que tomó la decisión de ir introduciendo a Hasheem escalonadamente y sin prisas. Tampoco funcionó, con minutos en pista sus prestaciones no fueron las deseadas, y de repente a las cabezas pensantes de Memphis les dio por correr.

No hay duda a estas alturas de que la progresión de Gasol se ha visto favorecida tanto por la candidez de Thabeet como por la falta de confianza de Lionel Hollins en Haddadi. Aquí no obstante aparece un punto de inflexión para el iraní, que disfruta en los últimos partidos de un buen puñado de minutos. La temporada quizá sea más larga de lo planificado y todos los puestos tienen que quedar bien cubiertos.

Ha trascendido que el GM Chris Wallace ha estado tanteando a más de una franquicia para hacer un cambio de cromos con Hasheem en la operación. Nadie se atreve ahora a apostar por un jugador que despierta más dudas que ilusiones.

Los Dakota Wizards son el próximo destino del tanzano. Comprobaremos enseguida si puede responder al perfil de futurible o se convierte en un juguete roto en manos del marketing y de la escasez de jugadores altos en la liga.

viernes, 19 de febrero de 2010

La gran esperanza blanca

El desenlace del "trade deadline" nos deja unos movimientos que abren un espacio interesante. La partida de los agentes libres que se desarrollará este verano comienza a jugarse desde ya.

Sorpresa o no, el canario Sergio Rodríguez termina en New York después de hacer una breve escala en Houston. La NBA es así. Sin ni tan siquiera presentarse ante Adelman se pone a las órdenes de D´Antoni, recogiendo todo el tiempo en pista que ha esparcido un backcourt infrautilizado y nunca deseado. Ni Larry Hugues ni Nate Robinson fueron del agrado del técnico, y Duhon hace tiempo que se ha convertido en sospechoso. En su ficha ya no contabiliza notas positivas.

Hugues es un tipo con tanto talento como capricho. Su mejor rendimiento ha dependido siempre de la total liberación del "run-run" de su cabeza. El juego del controvertido base se iluminó por un corto periodo de tiempo, el que casi le convierte en all-star. Ahí comenzó su declive.

Robinson ha sufrido el mal de alturas. Las alturas se las dio su primera victoria en el concurso de mates. Su buen hacer en pista a menudo fue difuminado entre el recuerdo de sus vuelos en el fin de semana de las estrellas. Poco que hacer además cuando el entrenador no confía en tí. El desasosiego termina venciendo en la masa gris y te hace realizar acciones estúpidas como la de encestar en tu propia canasta y jugar sin tensión alguna. Mal asunto. Se une al clan "celtic" para darle minutos de descanso a Rondo. Es un buen jugador.

Duhon es un caso raro donde los haya. No demostró gran cosa en los Bulls, ejerciendo su función como suplente y logrando un buen contrato en una franquicia sin rumbo. Sus galones nunca fueron merecidos ni tampoco su puesta en escena fue especialmente meritoria. Juega porque no hay otro.

En este escenario se presenta Sergio Rodríguez, que deja un prometedor equipo para embarcarse en una aventura cuanto menos ilusionante. Por lo visto hace tiempo que es mirado con buenos ojos en New York, y su juego es del gusto de D´Antoni. Quizá necesitaban ver al "Chacho" con más minutos en pista antes de decidirse. Para el canario esta temporada ha habido de todo. Ha habido partidos con muchos minutos y una fase de la temporada donde ha vivido más de mismo.

Se dice que Westphal tenía especial predilección por el español, pero la presencia de tanto jugador ocupando puestos exteriores le cerraba el paso. Digo yo que a veces uno tiene que ser valiente y el coach de los Kings no lo ha sido. Creo que echará de menos al español.
Sergio ya ha debutado con los Knicks, con más de una veintena de minutos. Poco brillo estadístico pero buenas sensaciones de cara al futuro. Mucha suerte Sergio.

jueves, 4 de febrero de 2010

En el caos no hay error

Es posible que en situaciones de crisis un liderazgo no se manifieste, ni que adquiera el suficiente vigor como para sumergir la estima de otros en su propio icono.

La condición de líder es una virtud que requiere de una cobertura que le sirva de estímulo. Jordan no pudo llevar a su equipo a ganar todos esos campeonatos sin un patrón de juego, un guía que fuese capaz de conjugar el talento con el esfuerzo. Phil Jackson repartió la tarta entre el abanderado y los llamados a ser sus escuderos. Es posible que Pippen no hubiese sido allstar sin el aliciente de ser el segundo objeto punzante de los Bulls de MJ.

Esta temporada está siendo nefasta para los Nets. Derribado Lawrence Frank, las penurias del equipo de la otra orilla del río Hudson llenan un pozo sin fondo. El GM Vandeweghe bajó al banquillo para intentar reconducir una situación que ya es insostenible. Lo peor es que los propios jugadores no están nada convencidos y su rendimiento así lo refleja. Las derrotas minan la confianza y no ayudan precisamente a encender la mecha del optimismo.

Se pretendió desde los despachos dar un nuevo rumbo con el traspaso de Carter, para otorgarle plenos poderes a Devin Harris, que estaría rodeado de buenos jugadores en progresión. Aquí se suceden una serie de auténticos golpes de efecto, como la lesión de Harris, la no adaptación de Courtney Lee y la enésima pataleta del chino Jianlian. Se fue cociendo el caldo de una sopa amarga.

La NBA tiene sus peculiaridades. No existe presión por el descenso, y la única motivación pasados tres meses es la lucha por un puesto de playoff. Bueno, ahora los Nets luchan contra la propia historia de la liga, para no batir récords negativos de derrotas en una temporada.

Muchos tienen puesta su mirada en el paralizado cambio de sede, mordiéndose las uñas ante el nerviosismo de que el ansiado traslado a Brooklyn no se produzca. En este momento se complica, y más en la perspectiva de un equipo perdedor.

El nivel de los Nets ha descendido alarmantemente. Incluso un jugador mediocre como Kris Humphries ha tenido sus minutos de gloria. Tampoco ha sido difícil superar a sus compañeros. El talentoso Brook Lopez sigue pensando en la permisividad que el bueno de Kiki tiene con Yi, que ahora tiene vía libre para tirarse hasta las zapatillas. Lopez piensa que ha tirado del equipo en los malos momentos, y que ahora que está en el mejor escenario para ser el líder tiene un escollo que superar. Vía libre para Jianlian y menos importancia en ataque para Brook. Las rencillas no son buenas ni en una situación perdida.

A pesar de todo, en la actual circunstancia ya no hay lugar para los errores, porque cuando un pez se queda sin agua lo único que quiere es buscar un reducto para poder subsistir. En cuestiones de supervivencia el error no es posible, porque sólo se contemplan las salidas sin detenerse en el camino. Los Nets hace tiempo que se equivocaron.

domingo, 31 de enero de 2010

All-Star Dallas

Ya conocemos tanto los quintetos iniciales como los jugadores que saldrán desde el banquillo en la nueva edición del Partido de las Estrellas. Como siempre las elecciones han despertado más o menos discrepancia.

Este
El cinco inicial este año no desentona tanto como en anteriores ediciones. Me sobra Allen Iverson, que a pesar del enésimo desplante a uno de sus equipos, sigue albergando el cariño de los aficionados. La inclusión de Kevin Garnett no tiene el mismo trasfondo que el de A.I, ya que en este caso hablamos de un jugador mermado seriamente por una lesión pero con un inalterado espíritu de sacrificio por los Celtics. Wade, Lebron y Howard no merecen ninguna duda.

El análisis se hace más crudo al hablar de los suplentes. Muy injusta me resulta la no elección de David Lee, líder absoluto de unos mejorados Knicks. En su debe está precisamente el que la franquicia de New York no esté en posición de playoff. No entra Lee pero sí Al Horford, que está completando una buena temporada pero que entiendo insuficiente para lograr el status concedido por los entrenadores. Incluso me atrevería a apuntar el nombre de Bargnani, con registros anotadores mejores que los del dominicano y con un notable aumento en la faceta reboteadora. No está el italiano pero sí su compañero Bosh, que rinde a un nivel muy alto.
Veremos el debut de Rondo y Derrick Rose, haciendo justicia para los dos bases que son pieza esencial en sus equipos.
Gerald Wallace acude como premio a la buena temporada de los Bobcats, y sirve de acicate al grupo de jugadores vistos con un perfil inferior al de las grandes estrellas.
Nada que decir que clásicos ya en esta cita como Paul Pierce y Joe Johnson.

Oeste
El quinteto del Oeste es equilibrado y no hay verdaderos "robos". Muchos de los suplentes se presentarán en Dallas con la ilusión por bandera. Llamativo es el caso de Zach Randolph, con una actitud criticada por el que escribe, y que ha sabido granjearse el respeto de sus compañeros y convertirse en el líder de un equipo sólido. El alemán Nowitzki es el único "local", aunque francamente ningún otro compañero de los Mavericks hubiese merecido estar presente.

Decir Kevin Durant es decir futuro y a la vez presente, ya que se postula como un auténtico candidato a MVP. Versátil y completo, es una de las caras de la liga desde ya.
Deron Williams también debuta, aunque ciertamente lo podría haber hecho con anterioridad.
El lesionado Brandon Roy mantiene una línea regular en unos Blazers que han sabido reponerse a las adversidades. Chris Paul tampoco ofrece dudas, y me quiero detener en Pau. El mayor de los Gasol ha desafiado una campaña en su contra y jugará su tercer allstar con todas las de la ley. Las declaraciones de Chris Kaman las dejaremos a un lado.

Todo está listo...

martes, 19 de enero de 2010

Rigor y esperpento

La realidad siempre puede tener varias caras en función de la forma en la que se cuente. Muchos aspirantes a ser líder de opinión divagan sobre la importancia de aspectos a la postre tan míseros de contenido a efectos prácticos como un codazo a destiempo.

Un frustrado Baron Davis soltó el codo sobre Pau, y ésto levantó cierta polvareda en un sector de la prensa que parece estar más interesado en lo difuso que en lo global. Cierto es que se trató de una reacción impropia de un jugador de la talla de Davis, y tampoco es una actitud irreprochable, pero de ahí a considerarlo como motivo de apetura informativa es pasarse.

La NBA se ve salpicada de hechos lamentables, como la vinculación de Shawne Williams con el tráfico de drogas o el posible paseo de Gilbert Arenas por la cárcel. El todavía base de los Wizards se enfrenta a cargos por posesión de armas y puede ver peligrada no sólo su temporada sino su carrera. En una sociedad como la americana se pasa de héroe a villano en un suspiro, y si no que se lo pregunten a Tiger Woods, que de yerno ideal ha pasado a ser un personaje de lo más despreciable. Aquí eso no sucedería mientras convertimos en reyes del "prime-time" a seres de lo más inclasificable o a Belén Esteban.
Mucha culpa la tenemos los medios, que a veces no le damos la vuelta a los datos que se nos presentan y los servimos sin la debida claridad informativa o con acelerada visión. Los que escribimos nos debemos a un valor básico como es el rigor.

Fuera del discurso de intenciones, contamos con una liga que ofrece una tremenda igualdad, con posibilidades de playoff muy abiertas sobre todo en la Conferencia Oeste. Es destacable que los Knicks en temporada de transición estén a estas alturas a un partido del octavo puesto con 17 victorias. La segunda fase se paga un poco más cara en el Oeste. Seguiremos contando...

miércoles, 6 de enero de 2010

Deseos de Reyes

Mañana de ilusiones para los niños y para algún que otro adulto, que rememora su espíritu más infantil al abrir los regalos. Me da por pensar en los deseos de los equipos NBA en este día tan especial.

Conferencia Este

En Boston lo que pueden pedir es sobre todo salud. Ante una plantilla con tanto achaque, es crucial llegar sano a la segunda fase.

Cleveland clama por un mayor acople del equipo a Shaq, que ralentiza la transición, no permite la evolución de Varejao y lleva al precipicio a Ilgauskas.

Orlando y Atlanta llevan en sus peticiones el conseguir una mayor estabilidad en un juego inestable. Mejoran ligeramente sus prestaciones iniciales.

Miami y Toronto piden encontrar un rumbo definido. El problema lo tienen en la creación. Chalmers ha sido condenado al banquillo y Calderón sigue lesionado.

Charlotte y Milwaukee desean mayor fuerza interior. Sus posiciones exteriores están más o menos cubiertas y adolecen de apoyos debajo de la canasta.

En Chicago quieren de una vez por todas despertar del letargo. La excepcional última temporada les está pasando factura.

El deseo de New York llegará envuelto y con lazo el próximo verano. Mientras tanto, superan los objetivos para los que estaban llamados.

El siguiente paquete de equipos, formado por Washington, Indiana, Philadelphia y New Jersey, está marcado por el mismo patrón llamado decepción. Será complicado que lo superen. Un poco de carbón para ellos.


Conferencia Oeste

En el Oeste la palabra ilusión es la tónica dominante.
Los Lakers le piden al nuevo año que sus estrellas se queden al margen de las lesiones.

Dallas está a un buen nivel y genera menos dudas de las previstas.

Denver, Phoenix y San Antonio navegan en un mar de tranquilidad, y en sus deseos albergan esperanza de ser contendientes de nivel en playoff.

Portland ha pedido de palabra, por carta y por cualquier medio posible un antídoto para librarse del término "dique seco". Esperan aligerar su enfermería para afrontar lo que queda de curso con garantías.

Houston, Oklahoma City y Memphis han pasado de la indefinición a un proyecto de futuro serio. Quieren que sus jóvenes progresen.

Utah propone que Sloan inicie por fin un proceso de reconstrucción, al igual que Golden State y New Orleans.

Sacramento tiene suficiente con haber demostrado que puede luchar sin sus estrellas del presente (véase Kevin Martin).

Los Clippers están desesperados por ver a su flamante número 1 vestido de corto. Blake Griffin debe liderar a la franquicia pobre de Los Angeles.

Minnesota mira de reojo la evolución de Ricky. Muchos creen que será el base del futuro. Poco más pueden ofrecer.

sábado, 2 de enero de 2010

Promesas y virtudes

El nuevo año arranca con una victoria "in extremis" de los Lakers ante los bravos Kings, que van desterrando poco a poco la imagen de equipo perdedor y sin garra. Algo que ha hecho Westphal es dotarle al juego de una alegría impropia en años pasados.

El año 2010 va a ser complejo no sólo por su pronunciación en inglés (ya empiezan a existir ciertas dudas en ese sentido en zona anglosajona), sino por toda la cantidad de promesas y retos que se plantean. En el plano estrictamente deportivo, y reduciendo el campo de acción a la NBA, nos encontramos por ejemplo con un Pau pletórico, que despedía 2009 con un nuevo contrato mareante y con unas declaraciones en las que apuntaba que sería un fracaso no ganar el anillo.

No le falta razón a Gasol. El principal rival de los Lakers es su propio miedo a ser mejor que los demás, a no saber romper el partido jugando a medio gas, no ponerse las pilas y ofrecer segundas oportunidades a equipos menores. Ayer quedó palpable tanto su cierta falta de espíritu de inicio como su capacidad de pasar por encima del contrario.

Sacramento hizo bueno su patrón de juego de este año: el desparpajo. Brilló en los dos primeros cuartos y no se desmoronó en los dos últimos, simplemente sufrió el achuchón del campeón.

Y Kobe es mucho Kobe. Domina el dribbling, los tiempos y el lanzamiento bajo presión, como Jordan. Igual que MJ es capaz de aglutinar todo el ataque, de no dar bola cuando se le pone la canasta entre ceja y ceja y de ganar un partido él solo. A veces se equivoca, pero en noches como la pasada, justifica los desvelos de Phil Jackson, que ya retiró privilegios a Jordan en beneficio del conjunto. De momento Kobe sigue teniendo carta blanca en pista.

La promesa de Pau será posible si los Lakers aprovechan su mejor virtud, que es la habilidad de combinar el talento de Kobe, la clase de Pau y el trabajo del resto, que a veces no se asoman a la ventana y se quedan envueltos en la manta.

No me olvido de los Kings. Mucho se rumorea acerca de un traspaso. Demostrado que no necesitan a Kevin Martin, pueden conseguir a cambio de su antiguo líder un refuerzo para la zona interior, que les hace mucha falta. Esto acaba de empezar.